La filial de Deutsche Telekom reducirá su plantilla en 1.900 personas en la medida que planea el cierre de siete oficinas de servicio al cliente en Estados Unidos. Anuncia además su intención de seguir con la restructuración y optimización de operaciones en otros negocios durante el segundo trimestre de 2012, lo que podría traducirse en más despidos.
En total, son 3.300 personas las que trabajan en los call centers que van a cerrar, pero la compañía ha dicho que prevé contratar a 1.400 personas, por lo que los recortes afectarán a 1.900 personas.
Desde la compañía indican que la decisión se debe a la intención de “lograr estructuras más competitivas” con la reducción de costes, que ayudarán a la teleco a competir con éxito en el competitivo mercado de la telefonía móvil.
El CEO y presidente de T-Mobile, Philipp Humm, ha admitido que “no son medidas fáciles de tomar”, pero considera que son necesarias para ser más eficientes con el fin de “invertir en crecimiento”, según recoge All Things Digital.
La dedición se produce a raíz del intento fallido de la compra de T-Mobile por AT&T, que los reguladores echaron por tierra y por la que la primera iba a llevarse hasta 39.000 millones de dólares.
T-Mobile, filial de Deutsche Telekom dijo a principios de año que su intención era la de invertir 4.000 millones de dólares en la construcción de redes LTE para reforzar su posición en la industria.
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