Sustituyendo a Steve Jobs: los 8 candidatos a CEO de Apple
Una era podría estar a punto de acabar: lo que ahora se entiende por Apple, unido de forma inequívoca a la figura de Steve Jobs como su CEO, podría cambiar en los próximos meses si la salud de Jobs no mejora. Los accionistas de la compañía, mientras tanto, tiemblan y presionan a Apple para que les diga qué tienen pensado hacer si Steve Jobs no puede seguir en su cargo.
Apple ha intentado disuadirlos asegurando que se trata de información estratégica que podría acabar en manos de la competencia, pero los accionistas no parecen querer conformarse con eso y hoy mismo votarán si la compañía debe compartir con ellos los planes de sucesión. Piden tan solo un plan, pero ya hay nombres que se perfilan como los candidatos perfectos para suceder a Jobs. Aquí están los ocho con más posibilidades:
Tim Cook. La opción más lógica y la que causaría menos sorpresas, al ser quien ha reemplazado a Jobs en sus tres bajas médicas. Forma parte de Apple desde 1998 y es conocido por ser un workoholic de libro, enviando emails de madrugada y dedicando todos sus pensamientos a la compañía. Es, además, la sombra de Steve Jobs y quien, según los conocedores del funcionamiento de Apple, maneja en realidad la empresa. ¿Su problema? Tim Cook es quien ejecuta, pero no quien crea. No es un visionario como Jobs y eso podría acabar con la “magia” de Apple.
Phil Schiller. Otro de los cabecillas de Apple con posibilidades: Schiller es el responsable de marketing de producto de la compañía, y un habitual de las presentaciones y keynotes de Cupertino. Schiller cae bien, sabe cómo hablar y cómo ganarse al público, además de estar detrás de la estrategia de marketing de productos como el iMac, el iPhone, el MacBook y una larga retahíla de éxitos de negocio. Su problema es, no obstante, el mismo que el de Cook: no trasmite la visión de futuro que transmite Jobs. Es más el vecino simpático que el genio que va a cambiar el modo de pensar del vecindario.
Jonathan Ive. Los que buscan genio y visión lo encuentran en el diseñador Jonathan Ive, uno de los nombres que más suenan a la hora de buscarle un sucesor a Steve Jobs: el responsable del diseño de productos como el iPod es uno de los ojitos derechos de Jobs, sabe cómo hablar de forma inspiradora y respira Apple por todos sus poros. Sería el candidato perfecto si no fuese por un pequeño detalle: Ive es tímido y evita aparecer en público siempre que es posible. Y un aspecto que nadie parece tener en cuenta: ¿por qué iba a querer Jon Ive convertirse en CEO -con todo lo que eso conlleva -y abandonar un trabajo que parece adorar?
Peter Oppenheimer. Quizá el que tiene menos posibilidades de la lista: Oppenheimer, CFO de Apple, es la representación de lo práctico frente a lo estético. Maneja las finanzas de la compañía con austeridad y eficacia, pero su falta de carisma queda evidenciada cada tres meses, al presentar los resultados de Apple y sus siempre prudentes previsiones. Los que lo proponen como nuevo CEO citan su mano de hierro con las cuentas como cuestión clave en tiempos de crisis. Pero la mano de hierro de Oppenheimer puede seguir actuando en la sombra como hasta ahora, papel en el que parece encontrarse más cómodo.
Scott Forstall. Si el futuro es móvil, entonces Forstall debería ser la nueva cara de Apple. Se trata del responsable del desarrollo del sistema operativo móvil de la compañía, iOS, y quien maneja los hilos de todo lo que tiene que ver con el software del iPhone. Es además un gran comunicador, y sus apariciones en keynotes de Apple son recordadas por la pasión con la que explica cada nuevo producto.
Ron Johnson. Posiblemente el candidato de muchos accionistas de Apple, que valorarán su buen hacer a la hora multiplicar los beneficios de la compañía gracias a su estrategia de creación y expansión de las Apple Stores por el mundo. Una vez más, como en casi todos los casos de candidatos de corte más práctico, le falla el lado más visionario y de concepción de nuevos productos, que tendría que quedar en manos de los genios creativos de la compañía.
Steve Wozniak. El cofundador de Apple garantizaría que el espíritu de la compañía permaneciese intacto, además de suponer una nueva voz y una visión más crítica desde dentro (él mismo predijo hace unos meses que Android ganaría al iPhone). Después de todos los más y los menos que ha tenido con Apple (y con su compañero de batalla Steve Jobs), sería una forma de volver a la compañía (aunque todavía recibe un salario, no realiza trabajos para ellos) por la puerta grande. Lo que no está tan claro es, no obstante, si Woz estaría dispuesto a asumir el reto.
Eric Schmidt. Quizá el nombre más sorprendente de esta lista en un primer momento, pero uno de los más lógicos si se piensa con detenimiento: Schmidt ha manejado las riendas de una compañía como Google durante varios años, contribuyendo a su éxito incuestionable. Justo ahora, además, ha anunciado que dejará de ser su CEO en unos meses, aunque no ha especificado nada sobre su futuro. Y, por último, lo que ha generado más rumores: las veces que se le ha preguntado si Apple ha contactado con él para sustituir a Steve Jobs, Schmidt se ha limitado a decir que no va a hablar de “conversaciones privadas” con nadie, confirmando así que esas conversaciones existen. La falta de carisma o genio creador serían aquí compensadas por el hecho de ser ya una cara conocida y confiada en el sector, pudiendo dejar caer sobre Jonathan Ive todo lo relativo a nuevos conceptos y diseño.
Apple ha estado aplazando el momento de tener que poner nombre a la etapa post-Steve Jobs que podría estar a punto de llegar, pero si la junta de accionistas decide continuar con su presión y votar a favor de que se les haga partícipes los planes de sucesión, el secreto podría ser desvelado en los próximos días. Aunque lo más probable es que el elegido esté entre estos ochos candidatos, han sonado también otros nombres sorprendentes, que van desde Bill Gates a Larry Ellison. Sea quien sea el elegido, tan solo hay una cosa clara: la sombra de Steve Jobs será larga y difícil de superar.