La World Wide Web está compuesta por diversas partes con contenido público y privado, seguro e inseguro. Términos como Surface Web, Deep Web, Dark Web y Dark Net hacen referencia a esta mezcla de zonas en la Web y, en ocasiones, su uso lleva a confusión. Pero cada una de ellas tiene unos límites bien definidos.
La Surface Web (web superficial) es el internet visible. Esto es, se trata de todo el contenido que está registrado por los motores de búsqueda tradicionales como Google, Bing y Yahoo y al que se puede acceder con ayuda de navegadores como Chrome, Firefox y Safari.
Cuando se nombra la Surface Web se habla de aquella parte que la mayoría de las personas conocen y usan en su día a día para tareas como informarse, entretenerse o comprar productos, por ejemplo. Y es que esta zona se encuentran las páginas web públicas o las redes sociales, entre otros recursos.
“Si bien no todo lo que está indexado es necesariamente legal y ‘seguro’, en términos generales el contenido que podemos encontrar cumple con los estándares de seguridad y calidad utilizados para una amplia variedad de propósitos”, explican desde la compañía de seguridad ESET a la hora de diferenciar elementos.
Los riesgos asociados a la Surface Web tienen que ver con la acción de los ciberdelincuentes que diseñan sitios falsos y propagan malware en sus campañas para robar dinero e información a sus víctimas.
Como contraposición a la Surface Web se encuentra la Deep Web, otra porción de internet que en su caso no está registrada por los motores de búsqueda convencionales. Esto es así porque se requiere el uso de contraseñas, porque hay páginas dinámicas que generan contenido de forma individualizada según el usuario o porque la web en cuestión no está enlazada desde otro sitio. Es el caso de bases de datos, gestores de los administradores o cuentas en nube privadas.
La Deep Web, tal y como enumera ESET, “puede incluir contenido legal, como bases de datos gubernamentales, archivos científicos, bibliotecas digitales o sitios web de membresía privada (como foros, etc.)”.
Esto significa que Deep Web y Dark Web no es lo mismo. De hecho, la Dark Web es una porción de internet dentro de la Deep Web, que se oculta de manera intencionada y cuyo contenido no es accesible por medio de los navegadores web más populares.
“Para acceder a la Dark Web es necesario utilizar software especializado, configuraciones específicas y contar con ciertos conocimientos técnicos“, detalla ESET. “Esta zona de internet es popularmente conocida por actividades ilegales, como tráfico de drogas, venta de armas, pornografía infantil, tráfico de personas, cibercrimen organizado, terrorismo, venta de datos robados, fraudes y otros tipos de actividades delictivas”.
De ahí que los usuarios que se relacionan con la Dark Web usen herramientas que garantizan el anonimato y permiten no dejar rastros de la actividad online, como redes VPN o proxies.
“Pese a que es famosa por la actividad ilegal, vale la pena mencionar que en la Dark Web también hay contenido legítimo, como sitios web que ofrecen servicios de privacidad y seguridad en línea, recursos para periodistas y activistas que trabajan en zonas de conflicto, así como sitios web de organizaciones que luchan contra la censura y la vigilancia en línea”, matizan desde ESET.
¿Y qué es una Dark Net? Consiste en una red privada independiente dentro de la Dark Web. Diferentes Dark Nets componen la Dark Web. Aquí existen ejemplos como Tor (red Onion), I2P o Freenet, con los que se enmascaran la dirección IP y se enruta la conexión a través de múltiples servidores.
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