Para que Europa no se queda atrás en la carrera de la computación de alto rendimiento y la economía de los datos, la Comisión Europea ha anunciado una propuesta para invertir en “una infraestructura de superordenadores europeos de categoría mundial”.
Para ello, utilizará la Empresa Común EuroHPC como estructura jurídica y de financiación. Y respaldará un programa de investigación e innovación para elementos de hardware y software orientados a superordenadores, como será una generación de microprocesadores europeos de baja potencia.
Con la Empresa Común EuroHPC se deberían adquirir y poner en marcha un par de máquinas de supercomputación de preexaescala y, como mínimo, otras dos máquinas de gama media capaces de llegar a los 1.016 cálculos por segundo. Estos superordenadores tendrían que estar accesibles a usuarios públicos y privados desde el año 2020, impulsando la creación de productos más innovadores.
“Cada vez son más los científicos y empresas europeos que tratan sus datos fuera de la UE, ya que sus necesidades no se ven cubiertas por el tiempo de computación disponible en la UE”, comentan desde la Comisión. “Esta falta de independencia constituye una amenaza para la privacidad, la protección de datos, el secreto comercial y la propiedad de los datos, en particular en el caso de las aplicaciones sensibles”.
“Con la iniciativa EuroHPC”, concreta Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable del Mercado Único Digital, “de aquí a 2020 queremos ofrecer a las empresas y los investigadores europeos una capacidad de supercomputación de categoría mundial para que puedan desarrollar tecnologías tales como la inteligencia artificial y crear las aplicaciones cotidianas del futuro en sectores como los de la sanidad, la seguridad o la ingeniería”.
Ansip indica que “los superordenadores son el motor que impulsa la economía digital. Se trata de una carrera dura y la Unión se está quedando rezagada”, dice, porque “ninguno de nuestros superordenadores figura entre los diez primeros a escala mundial”.
La idea de la Comisión es contribuir con 486 millones de euros a EuroHPC, mientras que Estados miembros y países asociados aportarán una cifra similar, por lo que de aquí a 2020 deberían juntarse cerca de 1.000 millones en fondos públicos. Por su parte, los miembros privados contribuirán “en especie”.
España es uno de los siete países firmantes de la declaración EuroHPC junto a Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal.
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