Cada quiosco QuickPhone ofrecerá tres modelos de teléfonos a la venta, por entre 30 y 60 libras además de una tarjeta SIM por otras cinco libras. Eso de los precios en libras se debe a que estas pruebas se están llevando a cabo en las tiendas que Vodafone posee en Manchester, Reino Unido, donde se han colocado las primeras dos máquinas. Si este sistema de venta funciona, entonces el operador lo extenderá a otras localizaciones, potencialmente aeropuertos, terminales de autobuses y trenes y centros comerciales.
Los que tengan la intención de engañar a estas máquinas expendedoras deben saber que a través de conexiones 3G o GPRS, las máquinas serán capaces no sólo de transmitir el saldo sino de advertir de algunas irregularidades, como de dinero falso.
Según ha destacado TOM Devine, director de ventas de Vodafone en Gran Bretaña, las máquinas están enfocadas a visitantes extranjeros que van al Reino Unido y necesitan un teléfono de forma inmediata, “clientes que saben lo que quieren y quieren conseguir el producto tan rápido como sea posible”.
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