Conciente de que su enfermedad avanzaba inexorablemente y de que estaba próximo a perder la partida, Jobs se puso manos a la obra para dejar todo un legado tecnológico que salvaguardara el futuro de Apple sin él.
Según informa el diario británico Daily Mail, a pesar de su delicado estado de salud el ex CEO trabajó incansablemente durante su último año de vida para perfilar los detalles de las nuevas versiones de los productos estrella de la marca como el iPhone o el iPad.
Jobs también supervisó personalmente el desarrollo de iCloud, la plataforma de Apple que permite almacenar todo tipo de datos y documentos en la nube.
Además, se encargó de obtener el visto bueno de las autoridades de Cupertino para sacar adelante el proyecto de la nueva macro sede de la compañía. Se trata de un edificio futurista que tendrá capacidad para 12.000 empleados y cuya forma recuerda a “un nave espacial aterrizando”, según lo definió el propio Jobs.
Esta labor de Jobs contribuye a aclarar las dudas que se cernían sobre el futuro de Apple sin su alma mater. Algunos analistas creen que sus principales rivales como Android, Amazon e incluso Microsoft estarán al acecho para aprovechar una posible debilidad o pérdida de la capacidad de innovación que caracterizaba a Jobs.
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