Steve Ballmer ha logrado finalmente adquirir Los Ángeles Clippers, un equipo de la NBA que hasta ahora era propiedad del magnate Shelly Sterling, un directivo conocido por los comentarios racistas que pronunció hace unos meses y que han terminado derivando en la venta de su franquicia.
La operación ya recibió la pasada primavera el visto bueno del consejo de administración que dirige la NBA, pero no ha sido hasta la reciente orden de un tribunal de California, cuando Ballmer ha podido completar la compra.
Sterling trató de bloquear la adquisición en los tribunales alegando que fue engañado para someterse a exámenes médicos que determinaran sus capacidades mentales para dirigir la venta de su equipo, informan en Forbes.
La noticia del visto bueno a la operación mete a Ballmer en el negocio del baloncesto, algo que ha perseguido con pasión en los últimos años cuando trató sin éxito de resucitar a los Seattle Supersonics y hacerse con los Sacramento Kings.
Además, Ballmer sigue la estela de otro ex directivo de Microsoft, Paul Allen, que es dueño de los Portland Trail Blazers de la NBA y también posee a los Seattle Seahawks, estos últimos dentro de la liga de fútbol americano.
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