Startups que fracasan durante su primer año, ¿cómo evitarlo?

Muchas empresas emergentes no llegan a su segundo año de vida. Una mala planificación en cuanto a gastos, no haber hecho un estudio de mercado o la simple mala suerte pueden hacer que un proyecto emprendedor se vaya al traste rápidamente.

Después de haber estado estos últimos meses dándoles vueltas a la cabeza si continuar con la idea de negocio que tenías en mente, llegas a la conclusión que es lo que te apasiona y estás decidido a iniciar un negocio con todas tus ganas porque es lo que te hace feliz.

Nadie dijo que fuera fácil empezar y menos aún mantenerse durante el primer año. Y es que el conjunto de una serie de cosas como una mala planificación, mala suerte o no haber estudiado el mercado lo suficiente, son las que pueden llevarte a no cumplir tus objetivos.

Pero, ¿se pueden evitar estas y otra serie de imprevistos? Te recomiendo que leas estos útiles consejos:

  1. Estudio exhaustivo de mercado

No basta con preguntar a un grupo de personas qué les parece el producto, se trata de dirigirte a tu público objetivo y pedirles su opinión, preguntarles si lo comprarían o no y qué mejoras harían. De esta forma, esto te ayudará a diseñar un producto más afín a sus necesidades, porque al fin y al cabo ese es tu objetivo, satisfacerles.

  1. Controla tus gastos

Es normal que al principio de la aventura emprendedora todos queramos lo mejor para nuestro negocio, y por eso no nos controlamos como deberíamos: queremos una oficina bonita, un gran equipo que me respalde en los momentos difíciles, un buen equipo para trabajar o el mejor software para gestionar todo el trabajo. Pero, esto desgraciadamente, no se puede conseguir inmediatamente.

Si no puedes montar la oficina inmediatamente, trabaja desde casa; si no puedes contratar a tus empleados, contrata a freelances, que hagan el trabajo por hora y tareas; y si no puedes disponer de un software potente por el momento, utiliza otras herramientas gratuitas que tengas a tu alcance.

Controla tus gastos porque tu objetivo en el primer año es sobrevivir. Todo esto ya lo harás más tarde cuando el negocio crezca y tengas más clientes.

  1. Planifica a largo plazo

Habrá objetivos que seas incapaz de cumplirlos a corto plazo, así que no esperes tener beneficios durante el primer año. Por eso, mi consejo es que tengas un plan B para seguir sobreviviendo el segundo año con tus ingresos.

  1. Preocúpate de que todos te conozcan

De nada sirve tener una espléndida idea, que tu producto o servicio sea el mejor, si nadie lo conoce.

Aquí entra en juego el plan de marketing. Realiza estrategias efectivas para que más gente conozca tu producto y cree una vinculación de marca con él. Estas acciones se pueden realizar sin gastar mucho dinero, solo necesitas un poco de creatividad e ingenio.

fracaso segunda oportunidad

  1. No descuides tu producto

Tu producto debe ser de calidad y debes centrarte en ofrecer lo mejor a tus clientes para que estos lo recomienden a otros y así poder conseguir nuevos clientes.

Antes de ofrecer por primera vez el producto, pruébalo tú mismo y anima  a tus empleados a que lo hagan también. De esta forma, podéis debatir los problemas o errores que habéis detectado. Después, haz la prueba con algunos clientes, socios, influencers, medios de comunicación y diles que te den su opinión. De todo esto seguro que podrás sacar una conclusión y hacer mejoras para perfeccionarlo aún más.

  1. Aprende a delegar tareas

Aprende a ser un buen líder y no te centres en querer hacerlo todo tú. Decide cómo repartir la tareas entre tu equipo, asegúrate de que estén bien asignadas, que tu equipo cumplan las fechas límites, que no haya problemas de comunicación entre el equipo y que cuenten con todos los recursos necesarios para poder realizar bien el trabajo. Un buen líder debe orientar al trabajador a conseguir unas metas específicas y si en el camino se encuentran dificultades, tú serás el responsable de solucionarlo.

  1. Cuida a tu equipo

Muy ligado con el punto anterior, se encuentra este. Hay que informar en todo momento al empleado hacia dónde nos dirigimos y qué queremos conseguir. Si no hay comunicación, da por sentado que no se conseguirán los resultados y además el trabajador se sentirá desmotivado en su trabajo. Y un trabajador que no está motivado por lo que hace, es alguien que no rinde en su trabajo y por lo tanto no es productivo.

Para evitar esto, el líder debe hacer reuniones, enviar emails informativos que reconduzcan el negocio, felicitando a quien ha conseguido algún logro, por muy pequeño que sea.

Crea un equipo sólido, que sienta pasión y entusiasmo por el producto y que comparta los valores de la empresa. Huye de los amiguismos y encuentra personas que realmente sepan desempeñar bien su puesto de trabajo.

Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.