Bajo la denominación “Beta better than nothing” (Beta mejor que nada), Starlink lleva algunos meses ofreciendo la posibilidad (en fase beta) de acceder a Internet vía satélite con la constelación cada vez mayor de satélites puestos en órbita por SpaceX.
Un nuevo paso hacia el futuro fruto de la iniciativa del tan protéico como controvertido Elon Musk que ya comenzó a funcionar en Norteamérica cubriendo parte de la franja más septentrional de Estados Unidos de América y grandes zonas de Canadá. Recientemente parte del norte de Europa, hasta llegar a Reino Unido también han comenzado a recibir cobertura (insistimos, en fase beta) de este servicio de acceso a Internet vía satélite.
Pero la expansión de Starlink continúa y pronto será también España uno de los territorios donde para acceder a la Red basta con contratar este servicio, colocar una antena parabólica de un tamaño similar a las que se usan para la televisión vía satélite… y tener el cielo despejado.
El destinatario potencial es todo aquel usuario de Internet que vive en una zona remota, aislada, en la que ni siquiera hay cobertura de telefonía móvil o con una infraestructura deficiente.
Zonas de sombra de grandes elevaciones montañosas, poblaciones de pequeño tamaño alejadas de grandes núcleos urbanos, espacios rurales donde no llega la fibra ni el 4G… mientras haya cielo abierto, con Starlink (como con otros proveedores similares) llegará la conexión a Internet mediante una antena parabólica que recibe y envía las emisiones satelitales.
En España existen otros suministradores de Internet a través de satélite, con tarifas incluso más competitivas, pero el aura de Elon Musk siempre es un plus, al margen de que sí hay un pequeño detalle que marca la diferencia.
La contratación de Starlink supone un alta de $500 y una cuota mensual de $99, mientras que en España hay empresas que ofrecen un servicio similar de acceso vía satélite a Internet con precios de alta en torno a 300 € y cuotas mensuales desde 30/50 €. Eso sí, precisan de la visita de un técnico al emplazamiento para supervisar la instalación.
Aquí es donde llega una de las diferencias, y es que Starlink provee de un kit de autoinstalación con una antena parabólica dotada de un soporte motorizado capaz de orientarse de manera automática. Basta con colocarlo a cielo abierto y en unos minutos queda adecuadamente orientado. Esto permite poder cambiar de ubicación y no necesitar de los servicios de un técnico en cada traslado.
Como hemos indicado, el servicio de Starlink se encuentra en fase beta y la propia empresa advierte que pueden experimentarse oscilaciones en la velocidad y la latencia de los datos, entre 50 y 150 MBs y de 20 a 40 ms.
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