Hace ya muchos años que un juego llamado Spy Hunter nos hizo pasar horas
de diversion combinando bien las técnicas de conducción poco ortodoxas
con la aniquilación de todo tipo de malhechores a base de todo tipo de
inventos típicos de las películas de James Bond. Con una música que,
además, lo hacía inconfundible, llegó a convertirse en un título mítico.
Por supuesto, todo eso suena muy bien a la hora de hacer un ‘remake’
actualizado a nuestros días. Tomamos la misma temática, lo recubrimos
con un barniz de modernidad y lo vendemos otra vez. Esto parece ser lo
que ha hecho la gente de Midway al ofrecernos la segunda (e indigna)
entrega de Spy Hunter, sólo que esta vez, la sensación que da el juego
es más cercana al tedio por repetición y aburrimiento, por no cuidar el
nivel de dificultad, que otra cosa.
Un bonito coche llamado
Interceptor
El asunto es bastante sencillo: empezamos nuestra
andadura con un bonito coche (llamado G-8155 Interceptor), que además de
tener una estilizada línea, puede transformarse para correr mejor por
terrenos difíciles (rollo 4×4). Por supuesto, va equipado inicialmente
con un buen par de ametralladoras y un lanzaminas que hará más de una
gracia a enemigos que pretendan molestarnos acercándose por la
retaguardia. Cuando los daños recibidos en el coche son altos, se
desprende de su carrocería exterior, y se transforma en una especie de
moto con carenado completo y que, por supuesto, tiene menores
capacidades ofensivas que las su hermano mayor. Según se avanza en el
juego, podremos disponer de otros juguetes para dar amor a los villanos
que se ponen en nuestro camino, como lanzamisiles o cañones gauss, pero
aunque todo esto suene impresionante, en realidad no lo es tanto pues la
escalada armamentística por parte de los enemigos es equivalente (y hay
que contar con su abrumadora superioridad numérica).
Gráficamente
el juego no es ninguna maravilla. El modelado de los vehículos es
simplemente adecuado, y ni siquiera la sensación de movimiento o incluso
el antialias utilizado resulta bastante rudo por decirlo de forma suave.
Las explosiones y demás efectos cumplen bien su tarea sin tampoco
destacar de forma espectacular. El sonido también está a un nivel medio,
y carece del glamour que tenia su antecesor, aunque hayan puesto todo su
empeño en incluir temas con bastante potencia.
La jugabilidad es
quizá el peor aspecto del juego. Uno tiene constantemente la sensación
de que el nivel de dificultad no ha sido medido convenientemente, además
de encontrarnos con aspectos irritantes como tener que realizar misiones
enteras desde el principio cada vez que nos maten (incluso en una
subfase avanzada). El modelo de conducción es cómodo, aunque quizá le
falta un toque de intuitividad.
En resumidas cuentas: Spy Hunter
2 es un juego que puede definirse como poco más que mediocre. Si avanzar
constantemente disparando a todo lo que se mueve sin apenas algún
aliciente extra es lo que os gusta, disfrutaréis con el juego (aunque no
demasiado, pues tampoco es excesivamente largo). Por lo demás, es un
título a dejar en el montón con la etiqueta de uno más.
Julio
Canto
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