Según dicho informe, entre el 5 y el 10% de los usuarios de estos dispositivos que ponen el volumen demasiado alto y escuchan el sonido de forma continuada podrían correr el riesgo de quedarse sordos. Eso haría que hasta 10 millones de personas en Europa perdieran la capacidad auditiva.
En la Unión Europea existe un estándar de seguridad para limitar el volumen de los dispositivos de reproducción musical de forma que ese volumen no supere los 100 decibelios, pero lo cierto es que muchos usuarios, sobre todo los más jóvenes, hacen uso de los volúmenes de sonido más altos posibles en sus reproductores.
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