La compañía nipona, con unas previsiones de ingresos negativas, podría estar buscando una externalización del negocio para sus TV en la medida que Samsung se prepara para el lanzamiento de su nueva generación de televisiones y se hace más fuerte en el sector.
Sony anunció ya en noviembre que sus beneficios seguirían cayendo al menos hasta marzo, y en esta merma financiera destaca la de su división de TV en la medida que crece la competencia y la demanda se fragmenta.
La decisión permitirá a Sony un ahorro de más de 900 millones de dólares anuales en el negocio de LCD. Es un mercado especialmente debilitado; los analistas prevén una caída de este mercado del 3% ó 4% interanual.
La compañía japonesa ha anunciado recientemente que no aumentará su participación en la asociación con Sharp y también su intención de reforzar la división móvil, mediante la adquisición del 50% de la joint venture que tenía con Ericsson.
La posesión de Ericsson y el amplio abanico de aplicaciones de música y vídeo, así como de juegos, animan a la compañía japonesa a luchar cara a cara en el mercado móvil contra gigantes como Apple.
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