Las ventas de lectores de libros electrónicos están decayendo desde 2011 por dos razones: los tablets, dispositivos infinitamente más versátiles, están ocupando su lugar al ofrecer funcionalidades adicionales, y por otro lado Amazon parece haber ganado definitivamente la batalla en el segmento de estos dispositivos al ofrecer un completo ecosistema y unos dispositivos de calidad a precios competitivos.
Los precios han ido cayendo hasta lo irrisorio y ya incluso queda poco margen para el negocio más allá de las marcas “clónicas” chinas. Poco espacio, por tanto, para marcas que buscan ofrecer dispositivos en los que la seña de identidad sea una mayor calidad, incluso en los materiales (Sony suele ofrecer dispositivos con carcasa metálica en lugar de emplear el plástico) lo que por supuesto se refleja también en el precio.
Esto ha llevado a que Sony no haya podido mantener un mercado adecuado al tipo de dispositivo que hasta ahora fabricaba, razón por la que un portavoz de la marca nipona ha anunciado que “en este momento no hay planes para desarrollar un sucesor al actual modelo de Reader”, lo que en el caso del mercado europeo dejará como último representante de Sony en el mundo de los lectores de ebooks al PRS-T3.
El mercado de estos dispositivos parece quedar ahora en manos del dominante Amazon (con más de un 90 % de presencia) en un momento en el que desciende sin freno el número de estos dispositivos que se venden. Si en 2011 eran 23 millones de lectores de ebooks los que s vendían la previsión para 2017 es que no lleguen ni a 10 millones de unidades.
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