Esta semana se confirmó lo que se venía rumoreando ya desde hace un tiempo: Microsoft tenía planeada una ronda de despidos que afectaría a entre 3.000 y 5.000 puestos de trabajo, casi todos del departamento de ventas. La compañía no ha confirmado números, pero sí que estaba en pleno proceso de informar a los empleados si su trabajo se mantenía o si estaba en la cuerda floja. ¿Es esto una señal de que al gigante de Redmond no le van bien las cosas?
Muchos analistas y expertos no tienen ninguna duda: Redmond lleva años intentando encontrar algo que sustituya el negocio de PC como fuente de ingresos principal. Los resultados, como recoge Inc, no han sido demasiado buenos: siguen sin la presencia que querrían en internet (su navegador tiene una cuota del 13%, Bing un 10%); muchos de sus intentos en el mundo móvil han sido anecdóticos, como Zune; y Windows Phone nunca logró lo que se proponía. La plataforma móvil tenía en el último trimestre de 2016 un 0,3% de cuota de mercado.
La compra de Nokia no ayudó y, aunque en el mundo de los videojuegos no les va especialmente mal, Sony vende muchas más PS4 que Microsoft Xbox Ones. Sus tablets Surface cuentan con el apoyo de la crítica, pero no del público, que sigue acudiendo en masa al iPad o a dispositivos Android. En el sector del software de empresa es donde todavía podría haber esperanza, y en teoría los despidos se deben a eso.
La idea de Microsoft es centrarse en Azure, su plataforma de servicios en la nube para empresas, que está creciendo más rápido que Amazon Web Services, su principal competidor (aunque el servicio de Amazon sigue con casi un 60% de cuota). Los despidos se deben a una reestructuración interna que busca que todo el equipo de ventas sea más efectivo a la hora de vender Azure (era un equipo preparado para sus servicios de software tradicionales).
Otros analistas opinan que los despidos tienen sentido dentro de esa reestructuración interna de la compañía y que no hay razones para alarmarse. Jack Gold, analista en J.Gold Associates, explica en VentureBeat que se trata más bien de un «desarrollo positivo» que indica que la empresa está intentando alinearse con las nuevas realidades del mercado.
Al cambiar de ofrecer software para empresas que estas instalan en sus propios servidores, a vender software que viene con su propia plataforma en la nube, la estrategia de ventas tiene que cambiar, por lo que el perfil de los responsables de ventas es también distinto. Además, recuerda Gold, al pasarlo todo a la nube se automatizan muchos procesos que hacen que el número de puestos de trabajo de soporte técnico también disminuya.
¿Qué pueden esperar los empleados de Microsoft en el futuro? Gold prevé más despidos debido a ese cambio a soluciones en la nube, pero cree que todavía habrá espacio para muchos trabajos de soporte en persona durante unos cinco o diez años.
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