Soltar tacos en el trabajo es sano
En esta ocasión, el estudio proviene de la Universidad de East Anglia (que está, como no, en el este de Inglaterra).
El profesor Yehuda Baruch y el licenciado Stuart Jenkins han estudiado el impacto que tiene en el trabajo utilizar palabras soeces y poco “apropiadas”. Y el resultado les pareció digno de publicación: “los empleados utilizan las palabrotas como algo habitual, pero no necesariamente de forma negativa o abusiva. El perjurar es un fenómeno social que refleja solidaridad y que mejora la coexistencia grupal y es también un fenómeno psicológico para liberar estrés”.
Al publicar este estudio, los autores pretenden: “que sirva no sólo para conocer el papel que las palabrotas desempeñan en nuestro trabajo y en nuestras vidas, sino también como indicativo de que los líderes a veces necesitan pensar de forma diferentes y abrirse a nuevas ideas”.
Gracias al estudio también descubrimos que los jóvenes son más tolerantes a las malas palabras y que las mujeres tampoco se quedan atrás al utilizar estas expresiones, sobre todo cuando hablan entre ellas.
Nunca te acostarás sin saber algo nuevo.
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