F-Secure ha llevado a cabo un estudio entre 1.700 profesionales de empresas europeas en el que el 87% reconoce la dificultad de lidiar con el uso que hacen los empleados de los dispositivos móviles. Sin embargo, no estiman que este desafío tenga prioridad sobre otros problemas de seguridad en la actualidad.
Reino Unido y Alemania son los dos países más concienciados con la puesta a punto de la seguridad para BYOD con un 43% y un 42%, respectivamente, de compañías que cuentan con soluciones para detener las amenazas dirigidas a los dispositivos. Los franceses son los más despreocupados con un 28% de empresas protegidas.
Jarno Niemela, investigador de seguridad en F-Secure, explica que “un fallo en la gestión de la seguridad en los dispositivos BYOD representa una brecha de seguridad grave en materia de seguridad endpoint que podría exponer a las empresas a los mismos problemas que están tratando de evitar. Menospreciar la seguridad endpoint, así como descuidar las necesidades de seguridad del BYOD, conlleva hacer frente a los riesgos derivados de una política de seguridad laxa y deja a las empresas expuestas a los incidentes que quieren evitar”.
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