Snapchat aprovecha el evento de Apple para anunciar su fracaso legal

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Posiblemente Snapchat sea una de las empresas que a pesar de tener numerosas polémicas, fallos y multas, ha conseguido una sobrevaloración más exagerada e irreal respecto a lo que ofrece realmente. Pero este hecho se ha puesto en su contra ahora ante la demanda por su autoría.

Desde hace unos años, Snapchat lleva en un proceso legal entre sus fundadores. Mientras el CEO y CTO actual, Evan Spiegel y Bobby Murphy, están disfrutando el éxito de Snapchat, Reggie Brown, que estaba en la misma fraternidad Kappa Sigma de la Universidad de Stanford aseguraba que fue de él la idea de la aplicación, en su momento llamada Picaboo.

Como en otras historias similares de empresas creadas por unos amigos en las que alguno de ellos queda al margen cuando el negocio empieza a prosperar, Reggie Brown no ha parado hasta llegar a un acuerdo, en el que en un principio se pedía el tercio de la empresa.

Reggie Brown alegaba haber tenido la idea incial y haber colaborado en el desarrollo de la aplicación, lo que le situaría como uno de los socios fundadores y dueños. Pero el acuerdo marca que que acepta no aparecer como fundador de la empresa y mantenerse en silencio a cambio de una compensación económica desconocida. Por supuesto, Snapchat ha querido esconder el asunto lo más posible y por ello lo ha hecho público el mismo día y a la misma hora que empezaba el evento de Apple.

En su momento, cuando Snapchat rechazó la oferta de 3.000 millones de dólares de Facebook, los abogados de Reggie Brown exigían 1.000 millones de dólares, y ahora que la compañía está valorada en 10.000 millones, el acuerdo puede haber supuesto un durísimo varapalo para la compañía, ya que a pesar de la valoración y de contar con 100 millones de usuarios, lo cierto es que no está muy clara la monetización del servicio.

Que tras todo esto Snapchat siga a flote y con una sobrevaloración tal basada en un sistema que, además, no cumple con lo que promete, puede que sea un indicio de que se avecina la explosión de la burbuja 2.0 tras el de las dot-com en el 2000.