Los smartphones vuelven a los empleados menos eficientes
Así lo determina un experimento encargado por Kaspersky Lab, que concluye que el rendimiento empeora con el smartphone en el escritorio y aumenta cuando dispositivo y usuario se encuentran en habitaciones distintas.
Kaspersky Lab se había propuesto averiguar cómo afecta el uso del smartphone en el puesto de trabajo, a nivel de eficiencia y productividad. Y, para ello, encargó un estudio a las universidades de Würzburg y Nottingham Trent que se puede catalogar más bien de experimento psicológico.
Los investigadores plantaron a los participantes en el experimento ante una prueba de concentración que utilizaba cuatro escenarios distintos. En una de ellas, llevaban su smartphone guardado en el bolsillo. En otra, el terminal estaba directamente colocado sobre el escritorio. En la tercera, se metía en un cajón. Y, por último, también se probó con el teléfono fuera de la habitación, lejos de su dueño. La intención era comprobar si tener el smartphone cerca altera o no las capacidades de los trabajadores. Esto es, cuando tienen que trabajar dentro de la oficina. Y es que, para casos de uso en el exterior, el smartphone parece que sí se antoja necesario.
Según apreciaron los autores de la prueba, el rendimiento de los trabajadores empeora con el smartphone en el escritorio. Y va mejorando cuanta más distancia se impone. Así, se vio cómo el rendimiento mejoraba un 26 % cuando el dispositivo se encontraba en otra habitación.
A pesar de que ha habido controversia, con unos estudios previos señalando que separarse del smartphone provoca efectos negativos a nivel emocional y otros diciendo que lo que hace es distraer, Jens Binder, de la Universidad de Nottingham Trent, sentencia que “nuestros hallazgos en este estudio indican que es la ausencia del smartphone, en lugar de la presencia, lo que mejora la concentración”.
A esto Vladimir Zapolyansky, jefe de Marketing SMB para Kaspersky Lab, aña de que “en el panorama empresarial conectado actual, unos niveles de concentración inferiores pueden suponer un problema de seguridad”.
“Los ataques dirigidos avanzados, por ejemplo, pueden ser más fáciles de descubrir si los empleados están alerta y atentos a contenido de email inesperado e inusual”, indica Zapolyansky. “Por tanto, es vital que las empresas desarrollen procesos de seguridad, incluyendo sesiones de entrenamiento, para aumentar la vigilancia de los empleados”.