Smartphones, tablets y redes sociales para una Banca 2.0
Tras el desarrollo de las entidades online, el futuro del sector financiero pasa por el canal móvil y las redes sociales como herramientas para acercarse al cliente y recuperar la confianza perdida durante los últimos años de escándalos
‘Crowdfunding’, la alternativa
De las infinitas posibilidades de las redes sociales en el ámbito financiero pueden dar buena cuenta las firmas de ‘crowdfunding’ o microcréditos. Este fenómeno está atravesando en la actualidad una época dorada gracias al auge de las plataformas sociales en internet y a las limitaciones crediticias de la banca tradicional. Tal y como explica García de la Cruz, un exitoso ejemplo de ‘crowdfunding’ es Verkami, una suerte de micromecenas para los sectores del arte, la música o el cine.
Para explicarlo de un modo sencillo, el ‘crowdfunding’ se resume en cooperación colectiva o micromecenazgo. En definitiva, en la búsqueda de financiación a través de las aportaciones de muchos inversores. Básicamente, consiste en buscar financiación para un determinado proyecto empresarial ofreciéndoselo a muchas personas u organizaciones. En esta estrategia, internet aparece como un poderoso aliado.
En opinión de García de la Cruz, las ventajas del ‘crowdfunding’ son evidentes tanto para el receptor como para los inversores. En este sentido, el primero puede presentar proyectos arriesgados e innovadores sin miedo, ya que gracias a las redes sociales conseguirá un importante número de inversores dispuestos a apostar por él. A su vez, los inversores pueden diversificar mucho más el riesgo de sus inversiones, que además pueden ser relativamente pequeñas.
En definitiva, el ‘crowdfunding’ es algo así como el capital riesgo de la era de las redes sociales, con un funcionamiento similar, pero con cantidades a desembolsar mucho más reducidas y con un número de acreedores más elevado. Esta peculiar forma de financiación ya es todo un éxito en EEUU y en algunos países latinoamericanos, especialmente en proyectos del sector digital, que obviamente se encuentra mucho más cercano al mundo de las redes sociales. Así pues, los bancos tradicionales deben tomar buena nota, porque los cambios tecnológicos les están cogiendo, en muchos casos, con el paso cambiado.