“Skype es una marca y un producto apreciado por cientos de millones de personas en todo el mundo”, asegura Steve Ballmer, CEO de Microsoft, “estamos deseando empezar a trabajar con el equipo de Skype para crear nuevas formas con las que la gente pueda mantenerse en contacto con familiares, amigos, clientes y colegas en cualquier momento y lugar”.
El ex CEO de Skype, Tony Bates, asumirá el cargo de presidente en la nueva división de la compañía bajo la propiedad de la firma de Redmond.
Los antiguos empleados de Skype serán repartidos en distintas oficinas ubicadas por todo el mundo: EE.UU, Japón, Rusia, Singapur, Hong Kong, Estonia, República Checa, Suecia, el Reino Unido y Luxemburgo.
Microsoft asegura que Skype seguirá ofreciendo sus servicios de comunicación VoIP como hasta ahora, pero lo hará integrada en la oferta de servicios del gigante del software. El principal objetivo de esta nueva etapa es acelerar el crecimiento de la plataforma y orientarla hacia el mundo empresarial.
“Unirnos a Microsoft es la mejor manera de acelerar nuestra misión y sacar provecho de nuestra posición en la intersección de las comunicaciones sociales, móviles y de video”, señala Tony Bates, nuevo presidente de Skype, “juntos seremos capaces de llegar 1.000 millones de usuarios diariamente”.
A pesar de que la adquisición ya ha sido aprobada, el acuerdo entre Microsoft y Skype continúa siendo investigado por los organismos reguladores de algunos países, según han informado las propias compañías.
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