La pandemia ha revolucionado la forma de trabajar. Durante el último año y medio las empresas han modificado sus planes y adoptado el trabajo en remoto como alternativa a la presencialidad. Esto ha permitido mantener sus negocios en marcha a pesar del confinamiento y las prohibiciones de contacto personal.
Sin embargo, quedan flecos por resolver. El mercado en general está lejos de alcanzar una estrategia pura de smart working. Muchas organizaciones hicieron frente a las restricciones de movilidad contra la crisis sanitaria de la manera más rápida posible y con soluciones improvisadas. Ahora que la recuperación de la normalidad está en el horizonte, hay que remediar lo que se quedó a medias. Todavía se le puede sacar más partido a los entornos de trabajo.
En el futuro el teletrabajo dará paso al trabajo híbrido e inteligente, mejor estructurado, con una combinación de horas empleadas fuera de la oficina y dentro de ella, espacios empresariales (y también hogareños) rediseñados y nuevas herramientas que garantizarán el equilibro entre la vida profesional y personal.
Silicon Workplace 2021 de NetMedia Group, un evento 100 % virtual, ha reunido a representantes de compañías tecnológicas como IPM, NFON, Samsung, Izertis, Kaspersky, Nexthink, Talkdesk, BARCO, IaaS365 y Citrix para conocer sus expectativas sobre la dirección hacia la que se dirige el mercado empresarial. Además de sus ponencias, se organizó una mesa redonda con directivos de Thales, Trend Micro y SonicWall enfocada en la seguridad.
Los responsables de TI desempeñarán un papel decisivo a través de la configuración de modelos de trabajo inteligentes para impulsar la productividad y la colaboración desde cualquier lugar, al tiempo que se capta el mejor talento.
El evento anual de NetMedia para aquellos profesionales que buscan mejorar el lugar de trabajo da respuesta a la pregunta “¿Está tu organización preparada para el reto del trabajo inteligente?”. Muestra las prácticas, dispositivos, soluciones, infraestructura, espacios de trabajo, cambios organizativos y de mentalidad que son necesarios para avanzar por el camino del éxito.
El entorno laboral demanda cambios para cubrir con efectividad las necesidades de los usuarios. Si quieren cumplir con sus requisitos, las empresas deberían aplicar tecnología de automatización que eliminen el error humano y los procesos ineficientes y permitan tomar medidas más fundamentadas, aplicando la decisión correcta en el momento justo.
La automatización aporta una mejor experiencia de usuario y “una mayor seguridad en el entorno de la gestión moderna de equipos”, tal y como expone Manuel Gil, Digital Workplace Product Manager de IPM. Por un lado, apoya el rendimiento de dispositivos y aplicaciones y optimiza el flujo de trabajo; por otro contribuye a la gestión de security threads, a la protección del punto final y a la implementación de la confianza cero.
El traslado de parte de la fuerza laboral a espacios de teletrabajo no debería entorpecer la comunicación con sus compañeros. La relación estrecha entre colegas y el cliente o los socios es una máxima elemental. Contestaciones como “no le puedo pasar porque está teletrabajando” son inaceptables para compañías que dependen del rápido contacto interpersonal.
El problema es que hay empresas que continúan sin tener unas comunicaciones transparentes y productivas. Agustín Sánchez, Business Development Manager en NFON, hizo durante el Silicon Workplace 2021 un repaso de las principales carencias en el entorno profesional. “Muchas compañías siguen utilizando de modo desagregado los entornos colaborativos”, observa. Y esto deriva en situaciones poco deseables como “perder llamadas a equipos comerciales, no saber qué está pasando con la actividad” de los departamentos o depender de “distintos medios”.
Para que el mundo de trabajo híbrido que empieza a cobrar forma sea estable, las compañías deben tener claros sus pilares. Uno de ellos es centrarse en las personas, porque constituyen uno de los activos más importantes que tienen. Ofrecerles un puesto de trabajo seguro, móvil e inteligente, adaptado al usuario, es una decisión que asegura un futuro prometedor, según Enrique Martín, responsable de Grandes Cuentas B2B para Samsung.
Este experto explica que los negocios han dejado de pivotar sobre un espacio físico, priman el aquí y ahora y se extienden allá donde están unos empleados cada vez más dispersos gracias al poder de dispositivos potentes como los smartphones y de la nube. Esto es posible porque la tecnología deja de verse como gasto y pasa a ser una inversión.
Sean 100 % remotos o se configuren de forma semipresencial, los modelos de trabajo modernos deberían cumplir una serie de pautas, como integrar tareas en un único sistema de gestión digital. De esta forma, los empleados serán capaces de realizar sus funciones de manera ágil, productiva y comprometida, desde cualquier lugar, y aportar valor real al negocio.
Así lo recomienda Joaquín Cabezas, Lead of Omnichannel Platforms en Izertis, que insiste en la idea de que hay que poner al empleado en el centro de las organizaciones. “Un espacio digital reúne herramientas internas y de terceros con el objetivo de que los empleados sean capaces de realizar sus procesos de la forma correcta”, dice, y “acorde a las reglas de la empresa. Dado que cada empresa es diferente, el espacio digital que brinde a sus empleados debe adaptarse”.
La nueva normalidad laboral lleva aparejados cambios tecnológicos para que los profesionales se conecten con los datos y las aplicaciones fuera de la red empresarial. Pero eso no debe convertirse en estímulo para salirse también del marco de la seguridad. Durante los primeros compases de la crisis, muchas empresas demostraron su falta de preparación para gestionar riesgos. Ahora van camino de la estabilización.
“La digitalización es la primera revolución que pilla a España en la vanguardia, pero no preparada”, afirma Sergio Martínez Hernández, Country Manager de SonicWall Iberia. “Todo aquello que debería haber pasado en 6, 7, 8 años, pasó en unas pocas semanas”, lo que “generó un desajuste en las infraestructuras que ahora estamos corrigiendo”. La consecuencia de sacar a los trabajadores de los límites de la red e incrementar el número de dispositivos personales fue “una explosión en la superficie de exposición sin precedentes” en la que “el perímetro desapareció” y provocó un “cybersecurity business gap”.
La identidad como nuevo perímetro, el cortafuegos en la nube o las VPNs de próxima generación son soluciones viables para mantener la actividad sin problemas mayores. Juntas garantizan que “los usuarios, estén donde estén, tengan unas comunicaciones correctas que les permitan realizar su trabajo de una manera efectiva”, valora Guillermo Martín Soto, Regional Sales Manager de Thales para Iberia y el norte de África, que también “se muestra partidario de herramientas para “crear reglas de quién puede acceder a qué”.
Raúl Núñez, Sales Engineer en Trend Micro, coincide en que “los firewall” y “VPNs, por supuesto, tienen que estar”, así como “los proxies” y el “control de accesos para aplicativos que están en cloud”. Eso por no hablar del “endpoint” y la filosofía del Zero Trust”, que evita dar carta blanca a cualquier usuario que se conecte y apuesta por “monitorizar qué aplicativos utiliza”.
La ciberseguridad es un tema fundamental para todo tipo de empresas y sectores, sobre todo ahora que el puesto trabajo se ha deslocalizado y los ciberdelincuentes encuentran más superficie de ataque para realizar sus fechorías. Esto no quiere decir, sin embargo, que no exista solución posible.
Luis Suárez, Presales Manager de Kaspersky Iberia, defiende la concienciación como elemento vertebrador de la estrategia de ciberseguridad, que abarca desde el ámbito laboral de los empleados hasta su propia vida privada. Las empresas necesitan dotar de habilidades a su fuerza laboral. Carecer de instinto digital frente a las amenazas pondrá en apuros a cualquier compañía, ya sea por conectarse a internet desde sitios públicos, buscar aplicaciones en tiendas no oficiales, compartir dispositivos con la familia o creerse las campañas de ingeniería social.
La transición hacia el trabajo híbrido ofrece grandes oportunidades y, al mismo tiempo, entraña numerosos desafíos. ¿Cuáles son las claves para afrontar con éxito este reto de transformación? ¿Cómo cumplir las expectativas de los empleados sin perjudicar la parte de la seguridad? ¿Qué hay que hacer para optimizar la experiencia digital? ¿Y la productividad?
Vicente Lorente, director técnico de Nexthink para Iberia y Latinoamérica, tiene la respuesta a estas preguntas. Ante unos modelos de trabajo que “han llegado para quedarse”, hay que introducir “cierto gobierno”. Lo ideal es fomentar la “recogida de datos en tiempo real” para “hacer un análisis de toda la actividad” de los dispositivos y combinar el resultado con “datos subjetivos” a través de “comunicaciones dirigidas” con los empleados. A partir de ahí se podrán “automatizar soluciones” e introducir mejoras vinculadas al puesto de trabajo, el downtime, la visibilidad y los riesgos.
Puede que los tiempos estén cambiando, pero los centros de contacto seguirán desempeñando un rol importante en la nueva realidad. Para continuar sacándoles provecho, Javier Pérez, director de Industries & Integrations en Talkdesk, ofrece algunas pistas.
Invertir más en inteligencia artificial y automatización ayudará a capacitar a los agentes y a escalar la experiencia del cliente para lograr una mejor satisfacción, resolviendo problemas reales. Aquí hay que empezar a mirar primero a las personas en vez de concentrarse únicamente en la tecnología, con un enfoque revisado que permita identificar las causas del problema para abordarlo con precisión y rapidez e incluso incrementar la tasa de autoservicio. Los agentes pueden convertirse en científicos de datos.
Para que el personal continúe comprometido en empresas que mezclan lo físico con lo virtual, estas tienen que redefinir sus capacidades. Tienen que analizar la tecnología de la que disponen y determinar qué herramientas necesitan para adaptarse al cambio. Y, así, potenciar la colaboración y también la reconfiguración de los espacios.
David López Requena, Channel Manager de BARCO para España y Portugal, recuerda que, antes de la pandemia, “las reuniones eran largas, estaban muy pobladas”, resultaban “muy formales y, sobre todo, eran cara a cara. Había muy poca tecnología” de por medio y “lo que más se primaba era el tema de audioconferencia”. ¿Y ahora? Están siendo “más cortas”, “informales”, en gran parte en remoto y “llenas de tecnología”, con predominancia de “la videoconferencia” y el uso del portátil.
Flexibilidad, escalabilidad, facilidad de gestión y una rápida reacción a imprevistos por parte de sus infraestructuras TI son ideas compartidas por muchas compañías en la actualidad. Ahora que han entendido que el puesto de trabajo se puede mover fuera de la oficina, porque está donde estén los empleados, ya no hay límites en la movilidad empresarial.
Para afrontar el nuevo modelo con solvencia, Francisco Cosín Vallejo, director de Cloud & Data Center Services en IaaS365, propone el modelo tecnológico flexible del “como servicio”, que permite a cualquier tipo de empresa, independientemente del tamaño de su plantilla o sector al que pertenece, acceder a soluciones innovadoras. También habla de la adaptación de la tecnología a necesidades particulares. Esto conllevará un desarrollo eficiente de la fuerza de trabajo, reduciendo costes.
Un espacio de trabajo digital es un marco de tecnología integrado, preparado para entregar aplicaciones, datos y escritorios, y que permite consultar información en tiempo real en cualquier momento y desde cualquier lugar, en la nube o en el centro de datos.
Manuel de Dios Serapio, Iberia Field Sales Manager para Citrix, detalla las características que debe reunir dicho espacio. Se trata, por ejemplo, de una experiencia unificada de los dispositivos y de un acceso seguro a las herramientas. Pero también de la virtualización de escritorios, el uso compartido de archivos y la colaboración de contenidos, los inicios de sesión únicos o los flujos de trabajo automatizados mediante aprendizaje automático.
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