El sector de la electrónica de consumo vive momentos delicados, con la crisis económica afectando de llenoa a la demanda de los productos. Ante esta situación, las compañías tienen que reestructurar sus procesos de producción para ser más rentables.
Esta es la decisión que acaba de tomar Sharp, que acaba de anunciar el cierre de dos líneas de producción que fabrican pantallas de LCD de pequeño y mediano tamaño en Japón para trasladarlas a otra planta “más nueva y eficiente” de ubicación indeterminada.
El objetivo de la decisión es la reducción de costes para ajustar la producción e impulsar la eficacia ante la floja demanda y la caida de los precios.
Sin embargo, el cambio en el proceso productivo también supone que la compañía nipona se esté planteando la destrucción de 380 puestos de trabajo con motivo del traslado.
Las fábricas que serán cerradas habían sido abertas hace 10 años.
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Su cometido pasa por consolidar y ampliar el ecosistema industrial en España y Portugal.