En este recorrido contrarreloj, Sharp propone una mejora extraordinaria para todas esas compañías que deseen incorporar algo novedoso a sus productos, al ofrecer una pantalla que arroja una densidad de píxeles de 806 ppp, la más alta hasta la fecha, aunque su producción en masa no será una realidad hasta 2016, por lo que tendremos que esperar un poco para ver al primer smartphone equipado con una de ellas.
Estaríamos hablando de terminales que disfrutarían de unas pantallas con una resolución de 3.840 x 2.160 píxeles en 5,5 pulgadas, un incremento considerable si tenemos en cuenta que otros dispositivos como el Samsung Galaxy S6, montan pantallas de 5,1 pulgadas que no sobrepasan la resolución 2K.
¿Es realmente una ventaja el hecho de tener tanta resolución en una pantalla tan pequeña? La respuesta podría ser “no”, pues ese incremento de píxeles hasta un nivel tan elevado, no se traduciría en beneficios reales para el usuario, pero sí en un aumento del consumo de batería, cuya duración depende en gran medida de las pantallas de los terminales.
Obviamente un incremento de esa magnitud no podría llegar en solitario, ya que varios componentes se verían afectados, el más importante, las unidades de procesamiento gráfico, las GPU, y como ya he dicho antes, haría falta más energía, lo que requeriría mayores baterías o una optimización del consumo.
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