Sharp acaba de anunciar que prevé unas pérdidas netas de 180.000 millones de yenes (1.450 millones de dólares) en el ejercicio en curso, que finalizará en marzo del próximo año, tal y como recoge Reuters.
El fabricante japonés negocia su segundo mayor rescate desde 2012 tras haber reportado unas pérdidas netas de 222.000 millones de yenes en el año fiscal que ha concluido.
La compañía se encuentra sumida en un plan de reestructuración que pasa por recortar hasta 6.000 puestos de trabajo a nivel global y una nueva estrategia de negocio para 2015-2017 con el objetivo de volver a ser rentable.
El rescate que está sobre la mesa exige que Sharp escinda su deficitaria unidad de pantallas de smartphones. Este negocio atraviesa por un mal momento debido a la fuerte competencia que han introducido los fabricantes chinos con sus dispositivos ‘low cost’ y a la saturación del mercado de teléfonos inteligentes.
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