Inmersa en un plan de restructuración, Sharp estudia la venta de dos fábricas de televisores, situadas en China y México, una acción que podría dejar en la calle a 3.000 empleados.
A primeros de mes la compañía japonesa, que perdió 1.450 millones de euros en el año fiscal que acabó en marzo, anunció un plan de recorte de costes de más de 1.000 millones de euros y una reducción de su plantilla del 8,8%, lo que afectaría a 5.000 trabajadores. Los posibles 3.000 despidos fruto de la venta de las fábricas se sumarían a los 5.000 previstos.
The Wall Street Journal, que es quien informaba ayer de los planes de Sharp, especifica que en la fábrica de China trabajan 1.500 trabajadores, la misma cantidad que en la fábrica de México.
La compañía nipona podría vender las fábricas a Hon Hai o Sharp Display Products, que es una joint venture entre Hon Hai y Sharp.
La venta de las fábricas forma parte de los planes de Sharp de incrementar sus fondos para reducir su deuda, que alcanza nada menos que los 12.600 millones de dólares. Por otra parte la venta, que tendría que se aprobada, hace que Sharp preste más atención a los servicios y a productos específicos para poder mantenerse en un mercado donde cada vez hay más competencia y que además se está viendo duramente afectado por la crisis económica.
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