SGAE: Pobres niños ricos
La subvencionada institución protesta por su situación, a pesar de haber obtenido un incremento del 6 por ciento en sus resultados.
Aunque pesa utilizar un refrán, el que no llora no mama, parece cortado a medida para la asociación de autores. Si no hubieran utilizado toda su maquinaria de marketing para gritar desgarradamente su miserable y paupérrima situación económica, no nos hubiéramos dado cuenta de cuan necesitados estaban de la ayuda de nuestros impuestos. Probablemente ahora tendrían que esforzarse más en ofrecer productos de buena calidad en lugar de poner el cuenco delante de la sopa boba.
La piratería está maltratando las arcas de los plutócratas del gramófono (tranquilos, pueden usar el nombre para un grupo, no pediremos derechos). Imaginamos el panorama: cientos de áticos vacíos en las mejores calles de las mejores ciudades abandonados a su suerte por culpa de miles de millones de manteros e internautas cuya única obsesión es apropiarse del contenido intelectual de sus magnas y excelsas obras de los …, mmm, ¿artistas?
Además hay que recordar el resquemor con que se trata a los autores (recordar la furibunda agresión a Ramón en el Viña). ¿Seremos tan estultos que no nos damos cuenta de todo lo que el lobby está haciendo por nuestras agrestes e incultas almas? En nuestra ignorancia sólo pedimos un favor: no escriban más sobre el drama de los inmigrantes, porque para muchos de ellos la patera de salvación en el mar se convierte en una manta sobre la tierra.