Vivimos rodeados de objetos conectados. El desarrollo del Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés) es imparable. Todos estos elementos hacen uso de la misma tecnología de conexión que dispositivos como ordenadores, móviles o tablets. Sin embargo, podrían funcionar de una manera más eficiente.
Las tecnologías de IoT de baja potencia incluyen conexiones inalámbricas de bajo precio que ofrecen características de bajo ancho de banda y ahorro de energía, por lo que son especialmente adecuadas para la supervisión de activos. De este modo, se muestran como una opción ideal para afrontar la inminente oleada de objetos conectados con los que conviviremos en los próximos años.
Según el estudio ‘Low Power IoT: Impact Analysis, Vertical Assessment & Forecasts 2019-2024’, elaborado por Juniper Research. los ingresos por servicios de tecnologías de la IoT de baja potencia superarán los 2.600 millones de dólares en 2024, desde los 290 millones que supondrá al cierre del presente ejercicio. Es decir, se multiplicarán por nueve en el próximo lustro.
La investigación adelanta que el número de conexiones de IoT de baja potencia celular alcanzará los 156 millones en 2024, desde los 4 millones que hay actualmente, multiplicándose casi 40 veces en apenas cinco años. Juniper justifica este crecimiento por la disminución de los costes de estas conexiones, incluidas las LTE-M y NB-IoT, que atraerá a nuevos usuarios de la red IoT que requieren soluciones de bajo coste.
No obstante, el informe advierte que las redes que utilizan un espectro sin licencia, como Sigfox y LoRa, proporcionarán una dura competencia a las tecnologías IoT de baja potencia celular. Explica que el bajo coste de inversión de las redes de espectro sin licencia, habilitadas por dispositivos de red rentables, impulsará su adopción en más de 160 millones de conexiones para 2024. La consultora insta a los proveedores de servicios IoT de baja potencia a ofrecer tecnologías celulares existentes, como 4G y 5G, junto con alternativas de IoT de baja potencia para maximizar las capacidades de las redes de IoT.
Además, Juniper estima que en 2024 habrá 50 millones de conexiones IoT de baja potencia vinculadas a las ciudades inteligentes. Entre los casos de uso posibles, el estudio destaca la monitorización del tráfico, la gestión del estacionamiento o la recolección inteligente de residuos.
“El concepto de smart city se ha visto obstaculizado por la inversión sustancial requerida y la falta de claridad a la hora de asegurar un retorno de la inversión. Estas tecnologías de IoT de bajo coste permiten a las partes interesadas asegurar más rápido este retorno de la inversión y aprovechar al máximo la propuesta de ciudad inteligente”, comenta Sam Barker, autor de la investigación.
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