Ser presidente de la CMT sí tiene precio: 146.000 euros brutos anuales, descuentos incluidos
Reinaldo Rodríguez es presidente de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, por tanto de un organismo público. Y por tanto un elemento sujeto a las medidas de austeridad impulsadas por el Gobierno.
Inquirido por los medios tras la presentación del Informe Anual de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones 2009, Rodríguez reconoció que sus consejeros y él mismo “ya nos hemos bajado el sueldo como los altos cargos del Gobierno”. La bajada, explicó, es la que contempla el Decreto Ley que ha regulado los sueldos de los cargos públicos y ha impuesto bajadas de entre el 10 y el 8%, también a ellos.
“No somos muy distintos al resto de la Administración”, apuntó, reconociendo eso sí que en la CMT “no hacemos público el suelto” aunque es una cuantía fijada por el Ministerio de Economía. La razón no es más que simple y llanamente el respeto a la protección de datos.
Sin embargo, y a título personal, Rodríguez sí ha desvelado su sueldo, una información que según explicaba a los medios allí congregados ya era pública porque ya la había confiado en una anterior ocasión a la prensa. Su sueldo: 146.000 euros brutos al año, a los que ya se les ha aplicado el descuento obligado por el decreto ley.
Interinidad sin fechas
Reinaldo Rodríguez es presidente de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones es condición de “en funciones”, como él mismo ha descrito. Así lleva un tiempo bastante amplio, lo que ha convertido cada una de sus palabras en más que posibles pistas, al menos a ojos de la prensa, de una eventual salida.
Una frase en su despedida en la presentación del Informe en el Senado (“espero que la persona que esté aquí el año que viene” se encuentre al sector igual de pacífico) generó varias interpretaciones. ¿Estaba diciendo Rodríguez que se iba?
“No me he despedido”, explicó después a los medios. “No era mi intención. Ha sido una forma de hablar, por si no estoy el año que viene“. Aunque podría perfectamente estar.
La interinidad, bromeó, la lleva “bien de salud y con cristiana resignación, como dice aquel” y explicó que continuará trabajado como si le quedasen “2.000 años” en el cargo.