Seis formas de perder tiempo que todo CIO debe evitar
La mayoría de los directores generales de empresas de tecnología de la
información o
CIO -en sus
siglas inglesas- se esfuerzan por aumentar las demandas y los recursos de sus
organizaciones. Así, existen algunas prácticas que implican una pérdida de
tiempo y que los directivos siempre deben evitar para identificar correctamente
sus prioridades y conseguir maximizar el valor de sus negocios.
De acuerdo con un estudio elaborado por la consultora americana
Gartner, a los directores generales de las
empresas
TI
les resulta muy difícil modificar o variar su comportamiento habitual y el de su
empresa, ya que está establecido y además, suele requerir de un trabajo previo
de investigación para asegurar el buen funcionamiento de los cambios.
Según John Mahoney, vicepresidente y analista de la compañía Gartner, ?los
CIO necesitan espacio para cambiar y el mejor camino para conseguir ese espacio
de maniobra es dejar de centrarse sólo en aquello que ha dejado de aportar valor
a la empresa.?
El informe, elaborado tras mantener distintas entrevistas con 150 directores
generales del sector de las tecnologías de la información en Norteamérica,
desvela una lista con seis prácticas que es recomendable abandonar.
Comportamientos equivocados
En primer lugar, Gartner considera que el director general debe dejar de
actuar como un policía de “presupuesto-prioridad?, es decir, debe evitar que se
produzcan discusiones o al menos reducir los problemas de entendimiento cuando
se relaciona el negocio con el uso de la tecnología, especialmente cuando la
unidad de negocio ejerce un control sobre el gasto en tecnología.
Así, es más importante para un CIO asegurar que la empresa utiliza
eficazmente la tecnología y provee ésta por toda la organización.
En segundo lugar, todo CIO tiene que dejar de utilizar la arquitectura
empresarial como una herramienta de comando y control o dicho de otro modo, los
rígidos estándares y políticas deben facilitar la reducción de los riesgos
cuando se producen cambios en el sistema.
No se trata de usar la arquitectura para controlar las prioridades y minucias
directamente relacionadas con el negocio, más bien, hay que emplearla de forma
coherente.
En tercer lugar, los directivos tienen que parar de comunicar nuevas medidas
de tecnología de la información y en su lugar, se deben centrar en acciones
concretas de negocio e inversión en este tipo de herramientas.
Para ello, la consultora aconseja el manejo de indicadores de valor de
tecnología de la información que deben ser significativos y estar relacionados
con las medidas de negocio, tanto objetivos, como estrategias y procesos. Pero
lo más importante es que dichos indicadores muestren la situación y el progreso
de la entidad hasta la fecha.
Por otro lado, Gartner cree que hay que frenar la proliferación de
aplicaciones, infraestructura y Comités reguladores de tecnología de la
información. En este cuarto punto, el informe desvela como siempre hay una razón
subyacente y común para la puesta en práctica de una decisión empresarial
indisciplinada. Ante este tipo de acciones críticas, es fundamental hacer uso de
la arquitectura empresarial y los mecanismos con ella relacionados para asegurar
la coherencia. En este aspecto, el CIO es, sin duda, el máximo responsable.
Además, Gartner aconseja dejar de definir servicios en términos de tecnología
para hacerlo en términos de negocios. Para ello, todos los servicios han de
estar agrupados de forma lógica y descritos de forma que reflejen las
actividades y procesos básicos para el usuario.
Por ejemplo, si un CIO desea añadir nuevos empleados, debería incluir un
conjunto de servicios como son, ordenadores, telecomunicaciones, soporte para
dispositivos móviles o diseño e instalación del espacio de trabajo.
Finalmente, la consultora aconseja dejar de perder tiempo en disculpas por
los errores cometidos en el pasado. La credibilidad y confianza requiere la
creación y consolidación de unas relaciones personales fuertes. Es decir, el CIO
debería ser políticamente inteligente, sabiendo integrar los objetivos IT con
los de la empresa y anticipando las necesidades de negocio para así desplegar
una tecnología predecible que posibilite las soluciones de negocios.