Seis de cada diez usuarios españoles de smartphones comprarían un teléfono de origen patrio

La marca España está muy bien considerada, sobre todo entre los millennial. Un 62% asegura que adquiriría un teléfono diseñado en nuestro país solo por serlo.

¿Cómo son los usuarios españoles de smartphones? El fabricante cántabro Wolder ha realizado un estudio entre más de 1.000 personas para ver cómo se comportan y qué preferencias tienen. Del millar de individuos encuestados, un 78,6% contaba con Android y un 16,4% con iOS. Estos últimos son más marquistas (no quieren cambiar a otra marca que no sea Apple) y suelen superan los 35 años, mientras los primeros son más jóvenes y proclives a pasarse a otra compañía.

Cuando nos planteamos la compra de un teléfono inteligente hay especificaciones que miramos por encima de otras. Según el estudio, primero comprobamos la autonomía (72%), la capacidad de almacenamiento (60%), la velocidad del procesador (58%), la resolución de la cámara (44%) y la resolución de la pantalla (41%).

Los hombres hacen un uso más profesional y técnico de los móviles, mientras las mujeres lo tienen como una herramienta social. Ellos miran la velocidad del procesador, que tenga 4G y un tamaño no muy grande, mientras ellas valoran aspectos más lúdicos, como la cámara de foto, la calidad del altavoz/micrófono, el flash y sus posibilidades de personalización. La encuesta deja claro que las más proclives a utilizar WhatsApp y tomarse selfies son las usuarias más jóvenes.

En cuanto a la concepción que tenemos de nuestros teléfonos, la mayoría (76%) afirma que cambia de móvil solo cuando no tiene otro remedio (menos de lo que le gustaría). Un 72% comenta que su smartphone es algo muy personal y en él guarda información privada e importante. El 52% reconoce que además de algo útil, se trata de un capricho. Asimismo, un 44% se identifica como un ‘adicto al móvil’.

Por lo general, los españoles somos muy conscientes del precio de los smartphones a la hora de adquirirlos. Únicamente un 10% indica que no sabe cuál es su coste al hacerse con él a través de una operadora móvil y un 13% tampoco lo conoce por tratarse de un regalo.

En España no nos van los teléfonos demasiado caros. Un 77% asegura que que su smartphone le ha costado entre 100 y 300 euros. Además, si tuvieran que comprar un nuevo teléfono un 73% se mantiene en que no pagaría más de 300 euros por él. Solo un 18% invertiría entre 300 y 500 euros.

Curiosamente, los españoles tenemos una noción positiva de los smartphones creados aquí. Un 59% afirmó que el factor de la tecnología con sello local es clave y señala que compraría un teléfono patrio solo por serlo. Los usuarios más jóvenes incluso tienen mejor noción, con un 62% dispuesto a hacerse con un móvil patrio.

Cuestión de tipos

Con todos estos datos sobre la mesa, Wolder ha establecido cuatro perfiles diferenciados de usuarios: los avispados, los sibaritas, los trendys y los analógicos 2.0. Los avispados “están a la que salta”, son jóvenes y amas de casa que se consideran adictos al móvil, siempre pendientes de las ofertas y muy activos tanto en redes sociales como en aplicaciones de mensajería instantánea. Suelen tener Android y no tienen problemas para cambiar de marca.

El grupo de los sibaritas estaría compuesto sobre todo por hombres de mediana edad y autónomos. Usan el smartphone principalmente para trabajar y valoran enormemente contar con él para estar informados. Usan mucho las llamadas para sus negocios , cuentan con mayor capacidad de gasto y aprecian la calidad. Aprecian características como un peso ligero, gran pantalla, doble SIM (útil para viajar) y 4G para estar conectados a la mayor velocidad.

La categoría de los trendys estaría formada por “entusiastas digitales” motivados por la tecnología. Necesitan estar siempre conectados y valoran tanto la calidad como la marca. Dan importancia al diseño, la alta resolución de pantalla, las utilidades multimedia y el NFC.

Por último, están los analógicos 2.0. Se trata sobre todo de amas de casa y jubilados. Este tipo de usuarios tiene el móvil prácticamente por obligación, cuenta con un smartphone para estar tranquilo y sentirse comunicado con los suyos. Prefieren modelos sencillos y no cambiar de terminal. Disponen de poder adquisitivo, pero prefieren teléfonos baratos y si es posible de marcas conocidas. Aprecian la duración de la batería y que el dispositivo cuente con una gran pantalla.