A fondo: El sector tecnológico tiembla con la llegada de Trump
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ha protagonizado polémicas declaraciones respecto a la industria tecnológica. ¿Qué repercusiones pueden tener sus políticas en este sector?
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos puede marcar una nueva era. El presidente electo dejó muy claro durante su campaña su predilección por unas políticas de marcado carácter proteccionista. Además, quedó patente su animadversión contra algunas de las grandes empresas tecnológicas.
“Se ha ‘destapado’ con declaraciones como que a Amazon hay que aplicarle la legislación antimonopolio para que no arruine al comercio de calle. También ha dicho que habría que sancionar a Apple y boicotearla por no haber abierto su terminal al FBI. Además, ha amenazado con eliminar las ‘visas’ que permiten la entrada en el país de personal con experiencia y habilidades en tecnología. Asimismo, pretende restringir la entrada de productos fabricados en China, cuando todas las grandes compañías tecnológicas fabrican en el sudeste asiático o China. Y ha dicho que el cambio climático no le preocupa y que va a incumplir los tratados internacionales, por lo que probablemente elimine los incentivos a las energías limpias y alternativas”, comenta Enrique Dans, profesor de Sistemas y Tecnologías de la Información de IE Business School.
Todavía hay que ver si hay cambios entre el Trump candidato o el Trump presidente, pero parece claro que el panorama que se abre para el sector TIC es desolador. Y eso a pesar de que la tecnología se ha convertido en el auténtico motor del país en los últimos años. “El sector tecnológico se ha convertido en el indicador de la economía en Estados Unidos. Todo el mundo reconoce que es el principal generador de valor del país. Sin embargo, Trump es mucho más partidario de sectores clásicos de la economía. Y parece que no entiende el papel de la industria tecnológica”, lamenta Dans.
Cabe recordar que más de 140 directivos y fundadores de empresas tecnológicas firmaron una carta abierta a Trump el pasado mes de julio, recogida por The Huffington Post y otros medios. Entre otros asuntos, dicha misiva defendía la llegada de talento, ya que el 40% de las mayores empresas de Estados Unidos han sido fundadas por inmigrantes o sus hijos. Los firmantes también mostraban su preocupación por la intención de Trump de ‘apagar’ determinadas zonas de internet como estrategia de seguridad.
Asimismo, la Internet Association -en la que se incluyen empresas como Google, Facebook, Amazon, Twitter o Netflix- ha remitido otra carta abierta a Trump después de las elecciones, pidiéndole su apoyo a una serie de políticas en el ámbito de la tecnología, relacionadas esencialmente a la propiedad intelectual, la privacidad, la seguridad de los datos, el mantenimiento de un internet abierto o el impulso la diversidad en el sector tecnológico.
¿iPhone ‘made in USA’?
Durante la campaña, Apple fue una de las empresas que recibió más ataques por parte de Trump. En enero, entonces en su carrera por la candidatura del Partido Republicano, prometió que forzaría a Apple a fabricar “sus malditos ordenadores y dispositivos” en Estados Unidos. Asimismo, se mostró a favor de aplicar un arancel del 45% sobre las importaciones de China, como recogía The New Times.
Dans se muestra escéptico acerca de la implementación de dichas medidas. “Estados Unidos es un país liberal. Además, el Gobierno no puede obligar a tantas cosas. Trump dice que hay que eliminar la fabricación en el extranjero para que se fabrique en Estados Unidos y así se emplee a trabajadores estadounidenses. Tendría que informarse porque realmente la carga de trabajo manual de fabricación de un iPhone y sus costes laborales son muy bajos, ya que cada vez está todo más automatizado”, señala.
Por otro lado, hay que recordar que el presidente electo pidió que se boicoteara a la compañía de Cupertino por negarse a colaborar con el FBI para desbloquear el iPhone de uno de los autores del ataque terrorista perpetrado en San Bernardino (California), como explica CNBC.
Ante la inquietud que pudiera surgir tras la victoria de Trump, Tim Cook, CEO de Apple, escribió una carta para tranquilizar a sus empleados, en la que llamaba a la unidad en el seno de la compañía, como recogía The Verge.
Protección de datos y ciberseguridad
Con los precedentes del ataque a Apple por denegar el acceso a sus terminales, cabe plantearse cuáles serán las políticas de Trump en materia de protección de datos. Quizá podría poner en marcha iniciativas legislativas para obligar a los fabricantes a levantar el cifrado de sus dispositivos bajo determinadas circunstancias.
“La administración Obama contaba con un carácter negociador y tenía claro el sistema de ‘check and balance’ de Estados Unidos. Sin embargo, no está tan claro que la administración Trump vaya a respetar tanto la separación e independencia de los poderes. Veremos si toma represalias”, indica Dans.
No hay que olvidar que en las elecciones no sólo ha accedido Trump a la Casa Blanca, sino que el Partido Republicano también ha obtenido mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado. Además, está previsto que bajo el mandato de Trump se produzca el nombramiento de dos o tres nuevos jueces para el Tribunal Supremo, garantizando la mayoría conservadora durante décadas en el máximo órgano del poder judicial. Esto podría hacer prosperar demandas contra leyes relacionadas con la política inmigratoria o el cambio climático, por ejemplo.
También podría haber cambios en materia de ciberseguridad. En su carrera presidencial, todavía en las primarias republicanas, Trump propuso ‘apagar internet’ para combatir el terrorismo islamista y dijo que pediría ayuda a Bill Gates para “cerrar de algún modo ciertas áreas de internet”. Explicó que hay que actuar en la red porque las organizaciones terroristas como Daesh la están utilizando para reclutar a militantes. “Todo aquello que tiene que ver con ‘cerrar partes de internet’, son cosas que sólo se le ocurre a quienes no entienden qué es internet. Se puede cerrar un servidor y al día siguiente ya está superado”, anota el experto de IE Business School.
Neutralidad de la red
Como explica Dans, el mantenimiento de la neutralidad de la red ha sido uno de los logros del mandato de Barack Obama. “La llegada del nuevo presidente puede echar por tierra todos sus esfuerzos. Trump no tiene el menor interés en mantener la neutralidad de la red. Además, es más sensible a los intereses de determinados lobbies empresariales, ya que se siente del lado de los empresarios. Puede ser una de las grandes pérdidas de este periodo, aunque creo que volverá a establecerse cuando regrese un demócrata a la presidencia”, afirma.
Si sus temores se cumplen, puede suponer un auténtico terremoto para el sector tecnológico. “Empresas como Google o Facebook pueden sufrir mucho si la neutralidad de la red se pone entredicho o si las empresas de telecomunicaciones, que son un lobby tradicional, adquieren un poder que antes no tenían o consiguen obligarlas a cerrar acuerdos para que su tráfico no sea ralentizado”, señala. Un cambio de paradigma impactaría especialmente en las compañías centradas en el streaming de música o vídeo, VoIP, etc.
Cierre de fronteras
Una de las propuestas clave de la campaña de Trump ha sido el cierre de fronteras. Además de la extravagancia de la construcción del muro en la frontera mexicana, podría suponer un problema para la atracción de talento. “Silicon Valley o la zona de Nueva York son ecosistemas empresariales tan fértiles que no tienen capacidad propia para desarrollarse si se corta el flujo de talento. Los sitios que necesitan talento deben ser lugares donde se pueda vivir y donde la persona que llegue se sienta bienvenida. Mucha gente se traslada a Estados Unidos porque quiere acceder al mercado de capitales de allí. Si no se encuentran cómodos, se irán a otro sitio”, precisa Dans.
Si se detiene el flujo de emprendedores que pongan en marcha nuevos proyectos, el sector se resentirá. Además, esta medida podría darse la vuelta. “Si Trump regula la entrada de talento, probablemente las compañías tecnológicas hagan más cosas fuera de Estados Unidos o trasladen operaciones en busca de ese talento”, declara el experto de IE Business School.
Por otro lado, habría que ver cómo se comportan los inversores. En los últimos años estamos viendo un creciente interés de los inversores estadounidenses en proyectos en el extranjero, sobre todo porque el ‘hype’ existente en Silicon Valley ha disparado el volumen de las operaciones. El capital de estos inversores podría encontrar acomodo en enclaves como Londres, Berlín, Israel o incluso Barcelona, lugares en los que están cobrando mucha fuerza las startups tecnológicas.
Cambio climático y medio ambiente
“Todo aquello que está en relación con las energías limpias y el cambio climático y la tecnología está en el ‘ojo del huracán’”, asegura el profesor de IE Business School. El propio Trump afirmó en Twitter en 2012 que “el concepto de calentamiento fue creado por y para los chinos para hacer la fabricación de los Estados Unidos no competitiva”. Ya en campaña, explicó que bromeaba al decir que los chinos crearon dicho concepto. No obstante, ha puesto en entredicho el cambio climático de manera recurrente, como destacaba Business Insider.
El presidente electo ya ha dicho que cancelará el acuerdo de París y las medidas puestas en marcha por Obama en este campo, como informaba BBC. Además, el futuro vicepresidente, Mike Pence, ya se encargó de obstaculizar los planes del presidente saliente cuando era gobernador de Indiana. Y Trump es un firme defensor de los sectores tradicionales, por lo que están de enhorabuena las empresas dedicadas a la producción de energías de fuentes no renovables o a la automoción, por ejemplo.
Quien puede estar más preocupado es Elon Musk, cofundador de Tesla Motors o SpaceX, entre otras. “Se ha pronunciado de forma clara contra Trump, quien no tiene el menor interés en los incentivos a las energías limpias y que podría eliminar las ayudas públicas a la adquisición de vehículos eléctricos. Le puede sacar del mercado con una sola decisión”, advierte el profesor.
Y también podría afectar a varias empresas españolas muy activas en el despliegue de las energías limpias en Estados Unidos, como Abengoa, Iberdrola, Gamesa, Isofotón o Gestamp.