Se sigue investigando en las celdas de energía

Investigadores desvelan un truco que aumenta la energía de diminutas
celdas de hidrógeno un 50 por ciento.

Metanol vs Hidrógeno

Estas celdas de energía podría ayudar a mantener los dispositivos

portátiles funcionando aunque Nokia advirtió la semana pasada que esta

tecnología no mantiene el ritmo de las funciones de telefonía avnazada.

Según se desvela en la publicación New Scientits, los ingenieros Won Cha y

Fritz Prinz de la Stanford University de California descubrieron que

pueden incrementar el rendimiento reduciendo el canal o cauce que lleva

el combustible al corazón de las celdas.

La desventaja es

que éste efecto sólo funciona con celdas de hidrógeno, cuando es el

metanol el combustible escogido por las compañías de electrónica de

consumo como Motorola o NEC, que están desarrollando teléfonos móviles y

portátiles con celdas para este tipo de energía. Estas compañías han

escogido el metanol porque genera más energía que el hidrógeno, de forma

que los dispositivos alimentados con metanol serán capaces de tener

depósitos más pequeños.

No obstante, el metanol es

tóxico, y las celdas utilizadas producen residuos. Por contra el

hidrógenos, sólo produce agua, y aunque su eficacia sea menor, esto

podría ser una de las claves para que rivalice con el metanol.

Explicación científica

Las celdas de combustible trabajan combinando el combustible con el

oxígeno del aire y utilizan la energía generada para crear una corriente

eléctrica.

Las celdas de combustible de Cha contienen una

membrana de intercambio de protones basado en polímeros entre un rayo

ánodo y otro cátodo, cada uno de los cuales contiene un catalizador de

platino. El hidrógeno viaja hacia el ánodo a través de un bloque de

polímero perforado con canales o cauces de 500 micrómetros de ancho.

En el ánodo, el platino ayuda romper el hidrógeno en protones y electrones.

Los protones cruzan la membrana y reaccionan con el oxígeno y los

electrones del cátodo, y éste conduce a los electrones fuera del ánodo a

través de un circuito eléctrico hacia el cátodo.

El equipo de Stanford decidió ver qué podría pasar si hacían los cauces

más pequeños y numerosos. Consiguieron hacer cauces de una anchura de 20

micrómetros y su efecto fue que se incrementó la velocidad a la que el

hidrógeno es repartido y evitaba que el ánodo fuera inundado con el

combustible. Esto estimuló el índice de intercambio de protones e

incrementó la energía en más de la mitad.

Miedo a los atascos

Las baterías del portátil de Stanford normalmente pueden funcionar

durante dos horas sin recarga de ningún tipo. Algunas compañías de

celdas de hidrógenos esperan producir celdas que puedan aguantar más de

20 horas, y Won Cha afirma que su técnica podría incrementar el tiempo

de funcionamiento en más del 50 por ciento, o bien tener el mismo tiempo

de funcionamiento con sólo el 70 por ciento de combustible.

David Hart, director de la investigación de celdas de energía en

Imperial College London ha comentado que sería posible aumentar la

técnica del equipo de Stanford para construir celdas de combustible más

grandes. Sin embargo, Manfred Stefener, director de Smart Fuel Cells en

Alemania, ha señalado estar preocupado acerca de que los residuos de

agua atasquen los microcanales. Cuando más pequeño sea el canal, más

riesgo hay de que el agua se quede atascada en el canal, ha señalado.

Esto puede ser un desastre. Desde esta perspectiva, Cha reconoce que

el diseño de las nuevas celdas de energía tiene que contar con esta

varibale.