Lo admito: odio a SCO. Sus constantes amenazas a empresas relacionadas con el sistema operativo Linux argumentando que su código copiaba partes de Unix era tan sólo un farol. De hecho, ni pudieron demostrar que poseían legalmente la marca comercial con la que pretendían hacerse ricos a base de esas demandas.
Y ahora esa sentencia ha acabado definiendo la multa que SCO deberá pagarle a Novell: dos millones y medio de dólares que tendrán que sacar de las piedras, porque SCO se declaró “en bancarrota técnica”, una “modalidad especial” existente en EE.UU. que no es el final definitivo de las empresas, y que les deja cierto margen para reaccionar y recuperarse. Pero si lo hacen, les estará esperando Novell.
Se lo tienen muy merecido.
vINQulos
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