No ha sido así, y ahora SCO está cosechando los frutos de su mala política contra el software libre. El CEO de la empresa, Scott McBride, afirmó que las ventas de sus productos Unix “se han ido reduciendo a lo largo de los pasados años”.
Añadió además que este hecho se ha debido “a la significativa competencia que han ofrecido otros sistemas operativos alternativos, como Linux”. No sólo eso: McBride osó identificar a IBM, Red Hat, Microsoft y Sun Microsystems – vaya mezcla – como distribuidores de soluciones Linux o de otro software que “está llevándose de forma muy agresiva la cuota de mercadod e Unix”.
Ajo y agua, SCO, ajo y agua.
vINQulos
Information Week (vía Slashdot)
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