La polémica empresa lleva años protagonizando artículos en los que nunca se hablaba de productos software y en los que el único tema protagonista era su cansina defensa de su propiedad intelectual, que supuestamente ha sido violada por el sistema operativo GNU/Linux.
Dichas alegaciones nunca han sido demostradas, pero SCO quiere seguir luchando en los juzgados y para ello ha declarado en venta parte de sus productos, además de buscar protección como la bancarrota técnica para hacer frente a los gastos de estos procesos legales. Lamentable.
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