Hace dos años un juez sentenció que esa marca registrada pertenecía a Novell y no a SCO, y además obligó a pagar 2,5 millones de dólares a Novell por daños y perjuicios. Eso provocó que SCO retirara la demanda contra IBM además provocó que la empresa se decarara en bancarrota.
Parecía que todo había terminado ahí, pero ahora un juez ha revocado aquella sentencia y ha ordenado que un jurado al completo determine quién posee realmente la marca registrada. La multa de 2,5 millones de dólares sigue pendiente, pero ahora veremos si el nuevo juicio determina por fin a quién pertenece la marca Unix.
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