Los efectos del teletrabajo en las redes y la seguridad corporativa seguirán dejándose notar durante este año, con el objetivo de evitar la vulneración de datos sensibles.
El enfoque de seguridad de las empresas cambia de registro, desde uno general hacia otro de “confianza cero” donde, como su propio nombre indica, no se confía incondicionalmente en los usuarios. El acceso a los recursos pasa ser regulado en función de la identidad y los privilegios acordados.
“A partir de 2021, el concepto emergente de Secure Access of Service Edge (SASE) se acelerará de una forma destacable”, prevé Paul Ruelas, director sénior de producto en GTT, que ha lanzado una serie de predicciones para el mercado de las comunicaciones. Ahora “los usuarios pueden estar en cualquier lugar”, recuerda, “por lo que la seguridad tiene que estar en todas partes. SASE llevará la seguridad al siguiente nivel”.
Esto implica tomar una red SD-WAN y vincularla a soluciones cloud de seguridad, lo que “garantiza que haya un agente intermediario entre el usuario y la nube para cerciorarse de que las aplicaciones sean seguras”.
Por otro lado, Ruelas opina el WAN Edge moderno sustituirá a enrutadores de sucursales instalados. “La gran actualización de WAN-Edge continúa”, aprecia. “A medida que el soporte para dispositivos antiguos llegue a su fin, habrá un impulso más significativo para actualizar a los nuevos estándares”. Los ciclos de reemplazo de 5-10 años son historia.
El 5G también tendrá mucho que decir, ya que los proveedores consideran “el cambio de modelo de consumo en la tecnología inalámbrica, especialmente para la conexión inalámbrica fija, donde se necesita conectividad en una ubicación específica, como en el caso de máquinas expendedoras habilitadas para IoT o los parques eólicos”, apunta el directivo de GTT.
En el futuro, podría haber “un modelo de tarifa plana 5G dirigido a empresas, permitiendo conectar un mayor número de sedes, con configuraciones que solo permitirían transmitir ciertos tipos de datos”, prevé. Su apuesta es que “el 5G permitirá nuevos modelos comerciales”.
Por último, parece que este año “los sistemas de inteligencia artificial y la automatización ganarán más confianza en la red”. Estos sistemas de IA sabrán qué hacer por sí solos, liberando a las personas de ciertas tareas. “La red podrá recuperarse, ajustarse y adaptarse sin intervención humana”, gracias a AIOps, según Paul Ruelas.
“Con el tiempo, deberíamos ser capaces de hacer cosas como ajustes de ancho de banda y caracterización del servidor, por ejemplo, identificar algo como un servidor de correo electrónico y entender qué hacer con él, o detectar cambios en el tráfico que sugieran que el servidor se ha visto comprometido”, señala.
En su opinión, “pronto pasaremos de un escenario en el que una IA detecta un problema y pregunta si puede solucionarlo, a uno en el que, al final del día, recibe un informe para explicar qué salió mal y qué sucedió para resolverlo”. Así, “el usuario no se dará cuenta del problema hasta que la IA ya lo haya solucionado”.
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