Los cambios que ha aprobado su gobierno para el rediseño de la ciudad puertorriqueña incluyen un nuevo sistema de tránsito de masas, nuevas carreteras, intersecciones, más puntos de acceso a las playas… y lo más curioso: no se permitirán coches en gran parte de la ciudad.
El plan pretende remediar la no muy buena planificación urbana que hay en la parte más antigua de la ciudad, la Isleta, intentando frenar la dependencia de los vehículos motorizados. De esa forma la ciudad sería más atrayente hacia nuevos residentes, ya que durante los últimos 60 años los sanjuaneros han disminuido en número, justo cuando el transporte en coche empezó a popularizarse.
¿Para cuándo lo mismo por aquí? Aunque pensándolo bien, ¿podemos prescindir del coche realmente? —Javier G. Pereda [Issuu vía Fast Company]
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