Aquí tenéis el Samsung K5 en acción. Según Gizmodo USA, «su caja de magnesio es algo grande (98 x 47,5 x 18,1 milímetros), tres veces más gruesa que el iPod nano y algo más ancha y larga, pero tú también serías más grande si tuvieras altavoces montados sobre railes deslizantes en el culo». Toma. Para que luego digan que en la versión española nos pasamos. Al parecer, el sonido es muy bueno (el vídeo tiene sonido, por cierto, sólo hay que dejarlo correr un poco, hasta que lo activa) y, como se puede ver, la pantalla está muy bien. Lo mejor: el modo 3D del ecualizador, que parece que funciona muy bien en la simulación del efecto estéreo; la alarma-despertador con función de snooze ajustable y las seis horas de reproducción con el altavoz en marcha. Soporta MP3, WMA, OGG, ASF e imágenes JPG, tiene un puerto USB 2.0 y saldrá en septiembre por 210 euros, el modelo de 2 GBytes, y 260 euros, el de cuatro. Lo peor: que no haya más fabricantes que no se animen a hacer cosas nuevas, aunque sean tan simples como estas, en vez de hacer el enésimo y pésimo clon del iPod.
Página de ellos [Samsung]
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