Pero a pesar de encontrase contra las cuerdas,
SanDisk cuenta todavía con un as en la manga que le ha servido para rechazar la oferta de Samsung; por el momento.
Esa jugada se sostiene gracias al apoyo de
Toshiba, principal rival de Samsung en memoria Flash y el aliado más importante de SanDisk. Ambos se reparten el control de las joint-ventures Flash Partners y Flash Alliance, donde SanDisk cuenta con el 49,9 por ciento de las acciones.
De esta forma, en caso de que Samsung comprara SanDisk definitivamente, se haría también con la parte de joint-venture con Toshiba, a pesar de ser fuertes competidores.
Cuestión de monopolio Según las estimaciones de iSuppli, la cuota combinada de Samsung y Toshiba-SanDisk asciende a cerca del 60 por ciento del segmento Flash, por lo que la fusión de SanDisk con cualquiera de los otros dos fabricantes daría como resultado un importante monopolio.
Es así como Samsung no sólo debe convencer a SanDisk de los beneficios de una posible compra, sino también a las autoridades antimonopolio estadounidenses.
Al tratarse de una empresa californiana,
la toma de control por parte de una sociedad coreana no está vista con buenos ojos -aunque proceda de Corea del Sur- y sucede lo mismo con la posible adquisición por parte de la japonesa Toshiba.