Después de anunciar ayer la paralización permanente de las ventas de sus phablets Galaxy Note 7, la empresa ha mostrado hoy las consecuencias económicas que tendrá esa inevitable decisión.
Lo han hecho emitiendo unas nuevas estimaciones financieras para su tercer trimestre, que ahora muestran una elevada bajada de los beneficios operativos, que solo llegarán a los 5.200 billones de wones (4.600 millones de dólares) cuando en su anterior previsión se ubicaban en los 7.800 billones de wones.
Los ingresos también han sufrido un recorte, ya que los nuevos pronósticos de Samsung hablan de que pasarán de los 49.000 billones de wones a los 47.000 billones de wones.
Las cifras propuestas ahora por la empresa de Seúl tienen en cuenta factores como el hecho de que muchos usuarios preferirán la devolución del dinero gastado en su Galaxy Note 7 en lugar de cambiarlo por otro Smartphone de Samsung.
Asimismo, en el Wall Street Journal indican que los analistas financieros estiman que esta crisis le costará a la compañía asiática unas pérdidas de cerca de 4.000 millones de dólares, incluyendo los gastos de las devoluciones y las pérdidas de ventas.
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