Tras una época de guerra de patentes que empezó a aflojar en agosto del año pasado, Samsung y Apple han dado un paso más en su reconciliación.
En concreto, la firma de la manzana ha elegido a Samsung como el proveedor del principal chip para el próximo iPhone, así como de pantallas para algunos de sus productos.
La compañía surcoreana ha decidido dedicar 14.000 millones de dólares para nuevas fábricas y equipamiento, de forma que pueda atender a los requerimientos que exige su nuevo cliente, exponen en el Economic Times.
Gracias a la alianza colaborativa, Apple podrá tener acceso a la avanzada tecnología de producción de chips de Samsung, y esta última se garantizará pedidos en un sector complementario al de los teléfonos móviles, que ya no vive los tiempos de esplendor de antaño.
Entre las empresas que saldrán perjudicadas por esta alianza sin duda estarán el fabricante de chips taiwanés TSMC, así como la compañía americana Sandisk, ya que Apple los ingresos que reciben de Apple son muy importantes para su economía.
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