Nunca una hoja de parra había protegido tanto.
Pero claro, es que no es una hoja de parra cualquiera sino una que lleva incorporado polvo de tungsteno, un material que bloquea el escáner pero no incomoda al usuario precisamente porque va integrado con el tejido en forma de polvo. El fabricante especifica que la prenda no deja espacio para ocultar ningún elemento sospechoso, más allá de ese arma que como decían en “Algo pasa con Mary” no hay que sacar de casa cargado.
Posiblemente esa opacidad visual provoque que los funcionarios de seguridad procedan a un cacheo del viajero para comprobar que no hay peligro alguno en su entrepierna, así que ya queda al arbitrio del portador de estos calzoncillos dejárselos puestos si percibe que el el cacheo va a ser placentero o acudir un momento al WC a quitárselos si observa que junto al arco detector y el escáner corporal le espera un descendiente directo del Hombre de Cromagnon con manos como panes y cara de pocos amigos. ─Antonio Rentero [El Mundo]
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