¿Saldrá la oposición a Hadopi reforzada de este nuevo sí?
En Suecia, una ley para combatir la piratería en Internet y la sentencia condenatoria contra The Pirate Bay consiguieron que un partido político altamente minoritario consiguiese un hito en su historia. El Pirat Partiet, el Partido Pirata del país, se alzaba, escrutinio cerrado, con un eurodiputado.
“Puede ser el comienzo de una nueva esperanza para los internautas y defensores de los derechos ciudadanos en la era digital del Siglo XXI”, aseguraban entonces desde el Partido Pirata español.
¿Se verá este voto de confianza reforzado en Francia por las últimas medidas antipiratería de la Administración Sarkozy? Es decir, ¿la aprobación de Hadopi lanzará a organismos o políticos hacia un nuevo estrellato? La nueva Juana de Arco podría inmolarse en la hoguera pero sólo por su conexión a la red.
El Parti Pirate podría ser el primer beneficiado. “Asistimos, desde hace meses, a un cuestionamiento progresivo de los derechos fundamentales”, explicaba Laurent Le Besnerais, suplente en la candidatura, en la presentación online de la opción del partido a las legislativas parciales del distrito de Yvelinnes. Los piratas franceses intentan colocar a Maxime Rouquet. La aprobación y las voces críticas que se han levantado contra la norma podrían ayudar al partido a cerrar con un buen número de votos.
Entre las voces críticas, La Quadrature du Net, el grupo que más guerra ha dado al Gobierno francés en contra de la ley (y a Europa en contra de paquete telecom), señala que la aceptación de Hadopi pone en tela de juicio la misma base de la democracia.
“Hadopi es una etapa inquietante hacia el control de la información que circula en la red por los actores económicos y políticos”, asegura el portavoz de la asociación, Jérémie Zimmermann.
El cofundador del organismo, Philippe Aigrain, asegura además que las disposiciones finales son de “de una desproporción inaudita”.
Un vídeo humorístico que la propia asociación ha colgado en Dailymotion (el portal de vídeos más popular de Francia) intentaba ya demostrar lo surrearista de la situación al enfrentar a los agentes de Hadopi a un internauta que únicamente quiere descargar contenido.
Como apunta Le Besnerais todo no está pedido (aún queda una votación el 22 de septiembre y, teniendo en cuenta los antecedentes de esta norma, cualquier cosa puede pasar).
Los anti-Hadopi se organizan para el esfuerzo final, aunque la lucha puede ser dura. Uno de los sitios opositores estaba ayer caído por un ataque de negación de servicio, como publicaba Le Nouvel Observateur.