Puede que varios miembros de la industria tecnológica con operaciones online y los propios fabricantes de hardware quieran ir un paso más allá del sistema de protección clásico por contraseña, con experimentos como el reconocimiento facial, del iris o de las huellas dactilares, pero la combinación de nombre de usuario o dirección de email más contraseña sigue siendo la medida de seguridad más extendida a día de hoy.
La contraseña es como la llave que da acceso a un edificio o una habitación. Es la última gran barrera que se interpone entre un usuario y sus cuentas online, o entre un ciberdelincuente y los datos de terceros.
¿Cómo evitar que se produzcan accesos no autorizados? ¿Cómo saber si una contraseña es segura? ¿Cómo mantener la información privada a salvo? Hoy, 5 de marzo, es el Día Mundial de la Contraseña y la compañía de seguridad G DATA ha aprovechado para recordar la importancia de “las contraseñas robustas”. Esa robustez pasa, en primer lugar, por utilizar combinaciones de letras, números y hasta símbolos que sean “personales e intransferibles”. Es decir, queda prohibido reutilizar una única contraseña en múltiples servicios y, por supuesto, hay que desterrar el hábito de compartir contraseñas. Si la clave de acceso ha quedado expuesta, lo mejor es reemplazarla por otra.
Aunque la contraseña haya permanecido a buen recaudo durante el tiempo que ha estado en activo, desde G DATA también recomiendan hacer cambios e ir renovando contraseñas “de vez en cuando”. Más aún si se ha sido víctima del malware.
Otras buenas prácticas que ayudan a fortalecer la seguridad de los servicios online, y de la información que éstos contienen en su interior, consisten en utilizar un software antimalware en el dispositivo de acceso, aplicar todos los parches de software y mantener actualizado el sistema operativo.
Además, a la hora de elegir una contraseña, ésta no debería basarse nunca en palabras reales, que forman parte del diccionario, ni en fechas especiales para el usuario ni tampoco en nombres de mascotas, por ejemplo. “Las combinaciones demasiado cortas de letras o números también deberían descartarse”, comentan desde G DATA. “La contraseña ideal debe combinar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos y contener al menos ocho caracteres. Puede ser tan sencillo como elegir una frase y formar la password a partir de la primera letra de cada una de las palabras que forman dicha frase y añadir algún carácter especial al principio o al final de la misma”.
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