Facebook volvió a asustar a todo el mundo esta semana con la filtración de un nuevo plan maquiavélico: la red social estaría preparando una app de geolocalización, posiblemente para alertar a los usuarios de si alguno de sus amigos está cerca. La noticia, de momento tan solo un rumor, se esperaba desde que Facebook compró Glancee hace casi un año, pero no por ello ha causado menos revuelo. ¿Por qué quiere Facebook saber dónde están sus usuarios?
La respuesta es sencilla: publicidad móvil. Si la red social puede saber dónde están sus usuarios sin que estos tengan que, activamente, decirlo, adquiere un nuevo tipo de información con la que atraer a los anunciantes. La publicidad de Facebook podrá tener un nuevo y valioso filtro, el de “usuarios que se encuentren a determinada distancia de un lugar”. Y será publicidad móvil, el gran objetivo de la red social para lograr monetizar a sus casi mil millones de usuarios.
¿Qué anunciante se puede resistir a un producto así? La vía móvil de Facebook se llenará de alertas: los usuarios recibirán notificaciones, aunque no tengan la app activa, cuando alguno de sus amigos esté cerca. Pero no solo amigos, y aquí es donde la cosa se pone interesante, sino también lugares que puedan ser de su interés. El negocio publicitario está claro: ¿quieres que tu negocio aparezca en las alertas que recibe el usuario cuando está cerca? Paga.
El obstáculo de siempre: desconfianza y privacidad
Para que Facebook pueda llevar este sueño publicitario a cabo, no obstante, necesita superar el gran obstáculo de la desconfianza que provoca en los usuarios. Apps como la rumoreada ya existen desde hace tiempo: servicios como Banjo o Highlight, e incluso productos de Google como Latitude se dedican exactamente a eso, alertar a los usuarios de los amigos que están cerca. Y no se ha hablado mucho de ellos ni ha habido escándalos, pero lo cierto es que tampoco han logrado nunca ser productos mainstream.
Los usuarios, cada vez más conscientes de su propia privacidad, desconfían de productos de este tipo, y más si vienen de la mano de Facebook. Esta desconfianza podría vencerse fácilmente con el tiempo (al fin y al cabo, cada vez que Facebook cambia algo hay amenazas con dejar la red social que después no se cumplen), pero después está la otra desconfianza, algo más complicada: la de las autoridades.
Facebook está desde hace ya años en el punto de mira de las autoridades de privacidad y protección de datos de muchos lugares, con la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) y la propia Comisión Europea como dos de los organismos que se han mostrado más críticos. Por un acuerdo con la FTC, por ejemplo, Facebook no puede introducir grandes cambios en la privacidad de los usuarios en la red social. Una app como la que tienen entre sus planes necesitaría pasar muchos filtros legales para poder ser aceptada.
El camino hacia el éxito en publicidad móvil de Facebook pasa por lo tanto por tener que vencer la desconfianza de usuarios y autoridades. Cuando la app sea finalmente lanzada llegará el juicio verdadero.
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