Hasta hace poco tiempo, cuando una empresa decidía utilizar software para mejorar su organización y sus procesos de negocio, solo tenía un camino: invertir. Invertir en licencias de software, en hardware, en servicios de implantación, en mantenimiento y en actualizaciones.
El modelo de venta clásico de la industria del software se ha convertido en un limitador del uso de tecnologías de la información en las empresas y, sin embargo, esta tecnología es un elemento indispensable para la mejora de la competitividad de las empresas. En España esta circunstancia, se vuelve crítica, atendiendo a la necesidad de mejora de la competitividad que existe en todos los sectores de actividad.
He escuchado a muchos empresarios quejarse de este modelo. No entendían porque la industria del software no les escuchaba, adecuando el modelo de uso del software a sus preferencias y necesidades, lo que, además, induciría más ventas. Máxime cuando como usuarios particulares, viven la cultura web 2.0, en la que son protagonistas, y tiene la capacidad de influir en su evolución.
Por fin los conceptos web 2.0 de compartir, colaborar y facilitar, han llegado a la industria del software, en forma de nuevo modelo de uso: SaaS, el software como servicio, el software disponible a través de Internet sin costes ocultos, sólo pago por uso.
SaaS es la respuesta de la industria del software a los deseos de los clientes. Por fin un modelo de distribución nacido de las necesidades reales de los clientes: no requiere inversión, todo está incluido en las cuotas mensuales, los clientes no necesitan disponer de infraestructura tecnológica propia, está siempre accesible en cualquier lugar, es más seguro, facilita el cumplimiento de la legislación de propiedad intelectual y además es más barato. Veamos en detalle estas ventajas.
No requiere inversión, el software se convierte en un servicio disponible a través de Internet y se contrata cuando se necesita y el tiempo que se necesita. Los usuarios sólo tienen que suscribirse al servicio con la funcionalidad que necesiten y el proveedor SaaS se encarga de hacer las inversiones necesarias y ofrecer a los clientes el software como un servicio, a través de Internet con un modelo de pago por uso, eliminando el concepto de licencia.
Como servicio integral, el mantenimiento, las actualizaciones de parches, etc.… están incluidos en el precio. Los clientes saben lo que les va a costar a lo largo del tiempo, tienen el control sobre los costes de sus aplicaciones. La integración del sistema es responsabilidad del proveedor, no del cliente.
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