Runaway: A Twist of Fate

La tercera entrega de esta aventura gráfica de Péndulo Studios no defrauda.

Desde que se lanzara a finales de marzo, la tercera parte de la conocida saga Runaway ocupa los primeros puestos del top ten de los juegos para ordenador en los lineales de los retailers. Y es que, como sus predecesores, el software del estudio madrileño Péndulo Studios ha vuelto a conquistar a los jugones por su simplicidad, sentido del humor y desafíos lógicos.

En esta ocasión la aventura gráfica da una vuelta de tuerca y muestra al principio la supuesta muerte del protagonista de la serie, Brian Brasco. Con este recurso argumentativo se da pie a introducir una de las novedades destacadas del juego: la posibilidad de controlar otros personajes. Así, la aventura comienza dirigiendo a la irónica y atractiva novia de Brian, Gina, pero no será la única. De hecho, algunos de ellos, pueden resultar..inesperados si se sigue la trama.

El sistema “point & click” sigue resultando tan simple como entretenido, con algunas novedades interesantes como la visualización en 3D de los objetos. En algunas ocaciones éstos no parecen encontrarse al primer golpe de vista del usuario y hace falta una exploración exhaustiva con el ratón. No obstante, en Runaways 3 se ha incluido una opción con la que los puntos de interés de cada lugar quedan señalados, por si llega un punto en el que el jugador se ha perdido.

Como punto fuerte de Twist of Fate destaca su renovada apariencia gráfica, con escenarios muy completos y variados y planos muy “cinematográficos”. Chapeau también por el aspecto de sonido, con un doblaje en castellano muy simpático y logrado.

Una de las críticas al Sueño de la Tortuga, segunda versión de Runaways, queda solventada con la tercera encarnación. Runaways 3 tiene un toque más adulto que su antecesor, aunque no significa, necesariamente, que se haya sacrificado al aspecto humorístico que desde siempre ha caracterizado a la creación de Péndulo y que se muestra sobre todo a través de ciertos personajes pintorescos.

Los diálogos, de hecho, pueden volverse de lo más hilarantes, si uno escoge las frases adecuadas. O quizá las no adecuadas, porque la acidez de los protagonistas es un síntoma de que se está dando palos de ciego sobre lo que se necesita para avanzar en la trama.

Los enigmas parecen haber ganado en complicación y las secuencias lógicas resultan más completas que en Runaways 2 y 3. Realmente para conseguir pasar de escenario son necesarias muchas conversaciones, uso de objetos y razonamientos. Esto es de agradecer para todos aquellos que quieran un desafío intelectual a la altura.