Ron Garriques, el jefe supremo de la unidad de móviles de Motorola, ha reconocido algo que el resto de la humanidad ya sabía desde el principio: el ROKR es una auténtica castaña de teléfono móvil demasiado grande, es feo como el solo y encima tiene limitado el espacio para guardar canciones. Así que mientras Sony, Nokia y Samsung, entre otros, se han dedicado a sacar buenos móviles reproductores de MP3 más rápido de lo que tardas en decir “Steve Jobs”, Ron promete el oro y el moro para la siguiente generación de teléfonos musicales de Motorola. Serán más finos, con un diseño mucho más atractivo (incluso mostró un teléfono que se parecía a un RAZR con cámara y auriculares estéreo) y además los operadores no tendrán que limitarse a sólo incorporar iTunes: podrán instalar cualquier programa musical que ellos quieran. Habrá que esperar al año que viene para ver si las promesas no se quedan en agua de borrajas.
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