POMI, desarrollado por investigadores coreanos, es un robot capaz de ver, oír, tocar y oler. Sólo le falta apreciar el sabor de un buen filete para tener todos los sentidos, porque hasta le late el corazón. Posee LEDs, un proyector integrado para la reproducción de vídeo (al estilo del proyector R2-D2), una cámara y una pantalla de visualización. Además, puede hablar con frases cortas, es capaz de mostrar expresiones faciales rudimentarias y posee un mecanismo que simula los latidos del corazón, que podemos sentir cuando tocamos al robot. Por último, emite aromas para expresar “felicidad, tristeza y alegría”. Me preocupa la diferencia aromática entre la alegría y la felicidad, pero mucho más el olor de la tristeza, que me imagino como el del ajo, pero procesado por el cuerpo humano y emitido en forma de gas. — Rafa M. Claudín [Fareastgizmos]
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